20 agosto 2010

Sobre la visita de Aznar a Melilla


Desde tiempos inmemoriales la moreria ha hecho incursiones piratas en las fronteras de la Cristiandad. En los tiempos modernos muchas cosas han cambiado, pero en este caso no.

Marruecos, ese pais a mitad de camino entre reino feudal y republica datilera, nunca se ha llevado bien con España, quien quiera disimular esa circunstancia es necio o algo peor; desde luego que las naciones fronterizas deben procurar tener, y mantener, relaciones de buena vecindad, eso proclama el Derecho Internacional, y algo más antiguo como es la cordurar, pero no a cualquier precio.

La última de la larga retahíla de provocaciones ha sido el incidente, oficialmente cerrado, en la frontera de Melilla. Los grupos nacionalistas, o de liberación como graciosamente se autoproclaman, encuentran como mínimo la complacencia de las autoridades de Marruecos y la pusilánime indiferencia del gobierno socialista, siempre tan comprensivo con las dictaduras del mundo entero, temeroso de enfadar al amigo marroquí.

Se han escritos rios de tinta sobre la visita sorpresa que José María Aznar hizo a la ciudad autónoma esta semana. Los medios de la izquierda, cual tropel de alegres colegiales al término de su jornada lectiva, glosaron y reglosaron las críticas de ese prócer, otrora conocido como pepiño, y ahora domador de los controladores aéreos, don José Blanco, ministro de escasas Obras Públicas del Reino de España, con perdón.

Hablaba don José sobre la improcedencia del viaje de Aznar, la vileza y traición a la patria que suponia que un español deambulase a título particular por su pais, y encima tuviese la descarada osadía de acudir a la ciudad norteafricana antes que ZP y que Mariano, ay Mariano. Relataba el insigne prohombre que Aznar no había visitado las ciudades autónomas en sus años al frente del gobierno, olvidando el licenciado en primero de Derecho que las hemerotécas pronto lo enmendarian pues el presidente de FAES visitó las ciudades en 2000 y 2004.

El problema radica en algo tan elemental y sencillo que podria ser explicado y aprendido en cualquier programa de La Noria; José María Aznar a diferencia de otros tiene autoritas, saber socialmente reconocido, mientras que ZP sólo tiene potestas, esto es, poder socialmente reconocido (y poco usado cuando debiera). A cada movimiento el expresidente consigue más atención y reconocimiento que muchos de nuestros políticos en activo, y eso incomoda a diestra y siniestra. Alguien tenía que ir a Melilla, y ha sido él. Que cada cual saque sus conclusiones.

1 comentario:

Antonio Rentero dijo...

"consigue más atención y reconocimiento que muchos de nuestros políticos en activo, y eso incomoda a diestra y siniestra"

Esa es la clave, sobre todo recalco las palabras finales.

El Paraíso Perdido se añora pq nos lo arrebatan.

El Pecado Original del zetaperismo es no haber derrotado a Aznar en las urnas, psicológicamente en el subconsciente colectivo socialista Aznar sigue siendo el enemigo pq nunca se le derrotó, así que cada aparición suya es un recordatorio amargo de una victoria, por lo demás, accidental e inesperada. Zapatastrófica, en suma, como el tiempo, tozudo, se ha encargado de demostrar.

Por su parte Rajoy, que lo tenía todo ganado a priori hasta al 10-M, sigue lastrado por un liderato "digital" nunca revalidado en las urnas. Sus formas, exquisitas y muy deseables para un Presidente del Gobierno, son calamitosas para un líder de la oposición... por no decir que son demasiado tibias para un Presidente de partido con opciones de gobernar.

Aznar es la piedra en los dos zapatos, el de la derecha y el de la izquierda, no es de extrañar pues que cada paso del expresidente duela en los dos pies sobre los que, para bien o para mal, se asienta España.

Claro, que de esto la culpa en absoluto es de Aznar, y eso es lo que jode, y ya lo que faltaba es que un ciudadano español tuviera que pedir permiso para poder ir a tal o cual ciudad de España.

Y el "ejemplo" del licenciado en primero de Derecho "Don José" Blanco, "es como si George Bush visitara la frontera con México" es de traca... ¿pq no puede ir George Bush a la frontera?

Pues eso.