30 septiembre 2009

Gürtel, Camps y un tal Mariano


Las aguas bajan turbias para Mariano y sus cortesanos de Génova 13. Cuando aún suenan las aplausos y los sones casposos de Los del Rio en el mitín multitudinario de Dos Hermanas, viene a mi mente otros acto de desagravio también cercano en el tiempo y menos evocador en estas horas para el registrador de la propiedad; me refiero, desde luego, al acto de apoyo a Francisco Camps, presidente valenciano y uno de los hombres mejor vestidos del panorama nacional desde la perdida de otros fetiche como Eduardo Zaplana y Jaime de Marichalar.

Parecía que el affaire de los trajes quedaría incluso enterrado en los anales de El Plural pero, al parecer, el partido popular de Valencia sigue empeñado en hacerle la vida imposible a Rajoy, cuando todo indicaba que el fango de la crisis y la improvisación socialista salpicaba hacia otro lado y Mariano, envalentonado con sus chuches miraba con optimismo hacia el futuro.

Lo de Camps y compañia realmente es turbio. Lo de los trajes me pareció, sinceramente, una nimiedad fácimente subsanable con la chequera particular del presidente de la Generalitat, estando la auténtica falta en ese afán falsario que infló la historia hasta limites de culebrón venezolano.

La cosa ahora es presuntamente distinta, y en Génova alguien debería dar un puñetazo en la mesa y poner orden. Desde luego sería una aptitud innovadora en los rajoyescos capitalinos, tan centristas y centrados ellos, más esmerados en elaborar dossieres de nula relevencia que en poner orden entre sus filas, y recomponer un liderazgo fútil que es imprescindible para presentarse como opción real de gobierno.

Se dice, se comenta, que desde la Villa y Corte, Rajoy ha pedido dimisiones en la división valenciana ante el tropel de imputados en el Gürtel, renacido cual ave fénix para delicia socialista en plena presentación de los presupuestos generales del subidón impositivo y del coletazo gótico del periplo americano de la familia ZP-Sonsóles.

Filesa, Naseiro y tantos otros nombres resuenan en los timpanos del tal Mariano que sabe que la tumba de un político, y no sólo me refiero a Camps, puede venir por la financiación ilegal del partido. La respuesta, para variar, es la callada, él sabrá y para él hará...

25 septiembre 2009

¿Hallowen con Obama?


O eso o que los alumnos de howards con Harry Potter a la cabeza habían desembarcado en la Casa Blanca es lo que pensé, cándido de mi, una vez llegaron a mis retinas las imágenes del premier español, y familia, junto al matrimonio Obama.

Cuantas esperanzas puestas en esta reunión del G-20 y en el discurso estelar de Rodriguez Zapatero en la ONU; por fin España ocuparía su lugar en la historia, atrás quedarían para siempre las imágenes catetas y fascistoides de ese Aznar, de funesto recuerdo, repartiéndose el mundo con Bush, en las Azores. Ahora si, la verdadera España, plurinacional, abortera, atea y progretera deslumbraría al mundo con los destellos del izquierdismo aliazantista que emanan de los labios de su estelar y omnimodo lider.

Todo eso ya se ha ido al traste por algo fútil, y como aqui sacamos punta a todo, la foto de las niñas del presidente ya está de boca en boca, que si góticas por aquí que si censuras por allá, etcétera, etcétera. Si a las crias les hacía ilusión conocer al primer presidente negro del imperio, ¿que padre no les habría dado el capricho a cargo del erario público? total, unos dias sin colegio no es grave, que estamos a principios de curso y la experiencia es memorable.

Y ya puestos a agradar, que atuendo más doblemente apropiado que el negro, que estiliza y es discreto a la par que un guiño a la pigmentación del presidente del antiguo enemigo capitalista hoy oasis de los teóricos del cambio climático y la intervención.

Un punto de pena me da la mofa que se hace de las pobres Alba y Laura, nombres bonitos y muy evocadores, pero hay que reconocer que como está el percal semejante fotografía es poner la carnaza a disposición de las fieras cavernarias y fascistoides como algún diario, de esos progresistas, se ha adelantado a publicar obviando lo realmente grave que es la censura dirigida desde el propio ejecutivo. Si se quería evitar la difusión de imágenes de las retoñas lo más cuerdo, y fiable, sería que se hubiesen quedado en casa.

El hecho de que las niñas, que son eso, vayan disfrazadas de góticas, románicas o simplemente espeten a Obama aquello de ¡susto o regalo! me indica una falta de previsión notable de los encargados de protocolo del presidente, o del humor negro, con perdón, que gastan en la Casa Blanca en cuya web estuvo alojada la foto el tiempo suficiente para que diera la vuelta al mundo con la misma rapidez que se repone la Familia Monster en mi video comunitario.

Zapatero, con su acierto de costumbre, ha hecho olvidar en su periplo americano otros episodios memorables de nuestros dirigentes embelesados ante el encanto del nuevo mundo. ¿Quién se acordará de Aznar hablando tejano cuando los padawan de Darth Vader andan sueltos?

24 septiembre 2009

Cascales "cascó" demasiado


Suelo huir de noticias locales salvo que tengan un trasfondo mayor o me permitan glosar algo que si que creo realmente importante y de interés para la magna audiencia de esta bitácora; por eso, hoy comentaré la última salidita de tono del edil de deportes del Ayuntamiento de Murcia, Miguel Casales.

Como cuestiones previas, destinadas al lector allende La Roda, diré que en la actualidad los equipos del Real Murcia y el Cartagena F.C. se encuentran en la segunda división de la Liga Nacional, con perdón, de Fútbol, con lo cual la rencilla entre las dos aficiones está servida, más aún en una región, como la murciana, donde el pique entre murcianos y cartageneros sigue estando presente si se rasca un poco en determinados estratos.

Partiendo de esto, parece ser que el concejal de deportes, que lleva en la poltróna desde que el Partido Popular ganó en el municipio y no ha cambiado de competencias (merced a sus logros, o por motivos distintos de fácil comprensión para un lector avezado), se ha deslizado con unas declaraciones en un diario regional comentando la buena situación del equipo cartaginés, y sacando a colación al Lorca, cuya situación es más precaria y aventurando que los logros de aquellos son efímeros y que pronto despertarán del sueño e ilusión legitima de los habitantes de la otrora orgullosa Cartago Nova.

Hasta ahí todo habría quedado en una brabuconada fuera de lugar de un antiguo recibidor de discotecas y otros lugares de variettes en sus años mozos pero, gracias al efecto ventilador del rotativo, la mecha ha prendido entre la aficción del equipo aludido, salpicando también a los de la vecina Lorca.

Yo creía que aquello del cantonalismo, de que los de villaarriba son más guapos, altos y limpios que los de villaabajo había quedado atrás, nada más lejos de la realidad al juzgar por los más de trescientos comentarios encendidos en el foro del diario en cuestión protagonizados por los integristas de uno y otro bando.

Esto me ha recordado la polémica que ha rodeado las declaraciones separatistas de Laporta, el presidente del Barcelona, que parece más ilusionado con que lo nombren embajador plenipotenciario de la Gran Cataluña, en busca de su lebensraum particular, que en revalidar los éxitos de la temporada pasada, y eso lo que pasa cuando el deporte deja de ser eso para convertirse en otra cosa.

Objetivamente las declaraciones de Cascales son una metedura de pata, una salidita de tono estulte y de tinte adolescente que excenden de la vida política para encontrar mejor acomódo en una tertulia de jóvenes con acné juvenil y hormonas disparadas. Pero del mismo modo tengo que reconocer que las opiniones que he leido de algunos cartageneros, que no representan a la totalidad en igual forma que Cascales no habla por mi boca ni lo ha hecho nunca, enarbolando la bandera segregacionista, cantonal o algo parecido, son sencillamente exageradas.

Hay una frase muy buena que traigo a colación, y es que uno es dueño de sus silencios pero esclavo de sus palabras y si no que se lo digan al concejal.

21 septiembre 2009

¿Solidaridad?


El buenismo suele ser un arma bastante peligrosa, cuando la usan los dirigentes políticos las consecuencias, como es fácilmente comprensible, suelen ser desastrosas.

La noticia estrella, tal vez debería decir zambombazo, con la que se abrió el curso político tras el paréntesis estival es la subida de impuestos que nos prepara el gobierno socialista. Primero tuvimos que soportar el argumento falso y frágil de que serían las rentas altas las únicas que sufririan el aumento impositivo.

Deberiamos pensar, pues, en las grandes fortunas patrias como son el ducado de Alba, los Medinasidonia, los toreros y futboleros, el gran empresariado de la Nación y en resumidas cuentas las Grandezas de España que, como todos sabemos, tienen sus dineros en cuentas y libretas de ahorro en el banco de la esquina y son totalmente ajenas a los sicav y esas cosas raras...¿Quién podía pensar que sería el currito de pie, provisto de su ofensiva nómina mil eurista, el objeto del oscuro deseo de la voracidad fiscal de la izquierda?

Una vez descifrado semejante y estulte jeroglífico coartadístico, nos lacrimosean con el argumento de que la subida de impuesto será limitada y temporal (metafóricamente aludida la capacidad política de ZP, tal vez) y que en épocas de crisis hay que ayudar a los más débiles.

Al margen de diversas peliculas alusivas a la temática de Robin Hood, claro precursor de la justicia distributiva, y decantándome descaradamente por la de E. Fynn, yo me pregunto si sería aplicable aquello de la cigarra y la hormiga. Esto es, hasta que punto es solidario el hecho de que paguemos el desaguisado de aquellos que cuando se forraban hasta las orejas, compraban pisos y cochazos de lujo e hipotecábanse hasta la liposucción del gato todavían tenian el descaro de cobrar en b y defraudar todo lo que podían y más.

Claro que hay damnificados reales en una crisis económica, pero hay que diferenciarlos de los listos de turno, los amigos del dinero fácil que ahora se lamen las heridas a la espera de encontrar abrigo a la sombra solidaria de aquellos que gastaron, consumieron y vivieron ajustados a sus posibilidades.