17 septiembre 2010

Sindicalismo made in Spain


Hace mucho tiempo que los sindicatos perdieron su credibilidad, por eso la huelga general del próximo miércoles, 29 de septiembre, será un rotundo fracaso. Y lo será pese al mareo de cifras que aportarán los convocantes, el Gobierno, la patronal y cualquier tertuliano de uno u otro lado con ganas de polemizar sobre el asunto.

Los sindicatos mayoritarios, principales artifices de la opereta del 29-S, saldrán a la calles de las principales ciudades de la malograda España más para salvar su trasero que para atacar a ZP. Con cinco millones de parados es injustificable que se convoque una huelga general a estas alturas; las dádivas y prebendas via B.O.E. con que el gobierno socialista ha querido callar bocas y calmar conciencias no ha sido paragüas suficiente para que Toxo y Méndez, esa particular pareja, amarren a sus huestes de parias de la tierra.

Los trabajadores españoles están profundamente desencantados con su clase política, pero también lo están con la sindical. De hecho, las diferencias entre un partido político y un sindicato se me antojan meramente formales, reducidas a cuestiones tan superfluas como el uso de una corbata o no, en rueda de prensa, tertulia televisiva o romeria sindical de andar por casa.

Los líderes sindicales también están en crisis, ¿dónde han estado los grandes sindicatos cuandos los EREs fulminaban a tantos trabajadores? cuando las Oficinas de Empleo se llenaban de parados ¿qué medidas de presión, usando la jerga del gremio, se acometian?

Como una de las grandes conquistas sindicales de los últimos años no puedo dejar de comentar los videos de UGT. Protagonizados por esa figura emergente del celuloide que es el Chikilicuatre, el sindicato más próximo al gobierno alecciona al currito sobre las bondades de la huelga con un serial de escaso gusto, soez, machista y casposo. Obviamente hay que repartir leña entre la clase empresarial y la oposición, mientras que las criticas al gobierno son finísimas y apenas perceptibles al ojo humano. El culmen del buen gusto sindical llegó cuando una de las protagonistas de la miniserie ugetista amenazó, literalmente, con mearse en las bragas.

Otra jugosa pincelada han sido las fotografias del lider de CC.OO. disfrutando de un crucero de lujo, que para eso estábamos en verano y hay que aprovechar las vacaciones, conquista laboral por antonomásia. Diga usted que si hombre, aproveche usted que puede.

La guinda del pastel la ha puesto la Presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, que metiendo el dedito en el ojo sindical, el izquierdo desde luego, ha puesto en tela de juicio el tema de los liberados, un dogma obrero que hasta ahora nadie había osado tocar, veremos en que termina la cuestión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es, el sindicalismo español al servicio de ZP es la versión del siglo XXI del sindicalismo vertical franquista, tan criticado por los mandamases del pais.

Anónimo dijo...

Poco aporta este artículo la verdad, mas sobre lo ya comentado