Hoy hemos conocido la sentencia contra el tirano y genocida Sadam Hussein. Ha sido acusado de todos los cargos por los que se le juzgó, entre ellos el asesinato sistemático de 100.000 kurdos, además de la aparentemente olvidada invasión de Kuwaitt. El veredicto ha sido contundente, pena capital; inmediatamente han aparecido los grandes lideres europeos, entre ellos como no, el super presidente por accidente abogando por una comutación de la pena, y es que la vieja Europa ve horrorizada como al criminal se le va a ajusticiar mientras antaño miraban para otro lado cuando este individuo hacía de las suyas. No hay que olvidar que si este tipejo se ha sentado ante el tribunal, sobre su culpabilidad no hay discrepancias aunque sí algún titubeo, y hoy es una amenaza menos para el Mundo Libre, ha sido gracias a la intervención militar de Estados Unidos y sus aliados.
A mi, en cambio, me parece muy bien la pena, ya que creo que es exactamente proporcional al delito cometido, ya sé que no faltarán los defensores de la Humanidad que me contradigan, y el tan usado argumento de que la muerte sólo lo elevaría a la categoría de mártir, a lo que yo contestaré con sumo gusto que prefiero un mártir muerto a un criminal riéndose de mí tras los abrigados muros de una prisión.
A mi, en cambio, me parece muy bien la pena, ya que creo que es exactamente proporcional al delito cometido, ya sé que no faltarán los defensores de la Humanidad que me contradigan, y el tan usado argumento de que la muerte sólo lo elevaría a la categoría de mártir, a lo que yo contestaré con sumo gusto que prefiero un mártir muerto a un criminal riéndose de mí tras los abrigados muros de una prisión.
7 comentarios:
Yo no estoy de acuerdo con la condena. En primer lugar, porque estoy en contra de la pena de muerte, por muy genocida que haya sido. Y en segundo, porque como liberal creo que peor que la muerte es perder la libertad. Yo le hubiera condenado a pasar el resto de sus días en una de las maravillosas cárceles iraquíes que él mismo creó.
Hola maggie, creo que la libertad en el sentido que tú te refieres sólo es aplicable al ser humano como tal, pero hay especímenes de aspecto humanoide que por sus actos han perdido su condición de tales, y como consecuencia de ello también los derechos que les eran inherentes.
Un placer siempre verte por aquí.
Pues yo no estoy a favor, creo que en este caso, se le debería echar en una plaza de Bagdad junto con los hijos de los asesinados y gaseados por él, para que dialoguen y logren la paz.
Aunque luego a esas víctimas lo mismo se les ocurre lincharlo... Pobre Saddam.
En serio, quizás la cadena perpetua habría sido mejor, que sufra los años que le queden de vida.
Sólo una pregunta, por curiosidad: ¿según eso los presos no deben tener derechos? ¿Y un inocente? ¿Y alguien que ha cometido un delito menor?
Permítaseme la discrepancia.
Desde luego que estoy a favor de la pena capital, aunque eso es perfectamente compatible con el principio penal de proporcionalidad en las penas.
Lógicamente no creo que se deba de ajusticiar a alguien por un delito de hurto o cualquier delito contra el patrimonio, como sucede por ejemplo en los paises islámicos donde si robas una vez te cortan una mano y si lo haces una segunda la otra, en aplicación literal de la Ley del Talión, pero sí que creo que los delitos contra la vida humana deben ser castigados con todo rigor, sinceramente no creo mucho en la redención de las penas, ya que el que mata una vez suele repetir.
Por supuesto que el tema de los menores es más peliagudo, pero por ejemplo en el caso del llamado "joven de la catana" creo que la regla ha de ser la general, no creo que la juventud deba ser una circunstancia atenuante, la verdad.
Sé que este tema es controvertido, pero creo que la sociedad debe de buscar mecanismos de autoprotección. Ya lo decía Santo Tómas, si en el cuerpo hay un miembro podrido se debe de amputar para evitar la propagación de la infección.
Gracias por comentar.
Yo estoy en contra por una razón muy simple (y permítaseme la simpleza en un tema tan complejo): porque si el condenado fuese un hijo mío, no quisiera que fuese ajusticiado. Y consecuentemente no puedo pedir para los otros lo que no quiero para mí.
Y porque creo que los tiempos del "ojo por ojo" están más que superados. De todas formas, no creas que a mí a veces al ver a ciertas alimañas no me sale el ramalazo...
Jajaja, que bueno lo del ramalazo! Yo sigo en mis trece, es humano que en el caso que planteas no quieras ver a un hijo ajusticiado, pero en ese momento habría que pensar en la madre de la victima de tu hijo. ¿no?
Muy complicado, sin duda.
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