José María el tempranillo era uno de aquellos bandoleros decimonónicos que, a lomos del jumenco, cabalgaba por Sierra Morena redistribuyendo la riqueza según su leal saber y entender, algo así como Robin de los Bosques pero en plan castizo.
Hoy, perdidos en la noche de la historia esos asalta caminos, la realidad nos demuestra que el bandolerismo y el navajismo siguen formando parte de la actualidad nacional, y si ayer los Siete Niños de Écija se ganaban la vida y sustento asaltando carruajes y violentando a sus ocupantes, en la actualidad seguimos presenciando actitutes profundamente llamativas.
Muchos hemos tenido oidas de Juanma, que padece la enfermedad de Alexander, y para cuya curación sus padres están removiendo cielo y tierra. Una de las iniciativas llevadas a cabo por la familia, fue la organización de un concierto en el que los artistas, esto si lo son de verdad, derrocharon su talento de forma gratuita a favor de la noble causa.
La archiconocida SGAE, esa que pulula cuando cantamos en la ducha o le recitamos a la dama un soneto, el terror de las descargas de internet y del paquito el cholocatero de las bodas, no perdió la ocasión y solicitó el diezmo a la madre del muchacho, merced a la propiedad intelectual, incluso antes de la celebración efectiva del concierto, lex dura, sed lex.
Ante el revuelo formado, y con la opinión pública sensibilizada, los señores de la societé han decidido, graciosamente, devolver la pernada a la familia junto con una misiva en la que hacen sus votos por la próxima recuperación de Juanma.
2 comentarios:
Has cometido un desliz en tu texto.
No se escribe SGAE sino $GA€
Me lo apunto en la jerga del antipatrióta cavernario ;)
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