Es paradójico que el único superviviente de la era Aznar sea el designado por Mariano Rajoy para afrontar el difícil reto de las Elecciones Europeas. Lo dije, y no me he equivocado, Jaime Mayor Oreja será el cabeza de lista del Partido Popular; nadie del grupo de los elegidos por el Registrador de Santo Pola para elevar la quintaesencia del centrismo descafeinado tiene el renombre del actual europarlamentario para evitar una derrota que pese al rostro del cartel caerá indefectiblemente sobre las espaldas, ya acostumbradas, del caudillo surgido del régimen del Congreso de Valencia.
La situación es difícil y todos los analistas coinciden en vaticinar un serio golpe a la lista popular en el que nadie puede obviar una censura clara del electorado hacía la nueva línea imperante en Génova.
Mayor Oreja, lo digo y lo mantengo, es un hombre íntegro, camisa vieja del aznarismo y poco sospechoso de centrismo o de sentimientos comprensivos hacia la politica antiterrorista del gobierno, ahora seudo-aplaudida por la bancada marianera. Para más inri, De Cospedal, Soraya y otros grandes próceres no comulgan con la decisión de Rajoy pero la evidencia es dura, y la necesidad de encontrar a alguien que pueda salvar el desastre que se anuncia ha hecho que más de uno se trague, cual aceite de ricino, las criticas contra el que fuese ministro del interior y candidato no nacionalista más cercano a ocupar la presidencia vasca.
A nivel particular deseo a Mayor Oreja una victoria rotunda en las europeas, pero sé que no va a suceder así, muchos entre los que me incluyo hace tiempo que decidimos aprovechar la ocasión para abofetear al clan sorayo dándoles donde más les duele a los políticos, en la urna, si bien es cierto que su designación podría mitigar levemente el bofetón en ciernes.
Aún así, disfruto ante la evidencia de ciertas cosas, y tengo la convicción más rotunda de que Mayor es el mejor candidato y que la derrota la sufrirá en carne propia Mariano con la misma intensidad que si hubiese puesto a Feijóo, Celso o a Chiquito de la Calzada, con todos mis respetos para este último.
La situación es difícil y todos los analistas coinciden en vaticinar un serio golpe a la lista popular en el que nadie puede obviar una censura clara del electorado hacía la nueva línea imperante en Génova.
Mayor Oreja, lo digo y lo mantengo, es un hombre íntegro, camisa vieja del aznarismo y poco sospechoso de centrismo o de sentimientos comprensivos hacia la politica antiterrorista del gobierno, ahora seudo-aplaudida por la bancada marianera. Para más inri, De Cospedal, Soraya y otros grandes próceres no comulgan con la decisión de Rajoy pero la evidencia es dura, y la necesidad de encontrar a alguien que pueda salvar el desastre que se anuncia ha hecho que más de uno se trague, cual aceite de ricino, las criticas contra el que fuese ministro del interior y candidato no nacionalista más cercano a ocupar la presidencia vasca.
A nivel particular deseo a Mayor Oreja una victoria rotunda en las europeas, pero sé que no va a suceder así, muchos entre los que me incluyo hace tiempo que decidimos aprovechar la ocasión para abofetear al clan sorayo dándoles donde más les duele a los políticos, en la urna, si bien es cierto que su designación podría mitigar levemente el bofetón en ciernes.
Aún así, disfruto ante la evidencia de ciertas cosas, y tengo la convicción más rotunda de que Mayor es el mejor candidato y que la derrota la sufrirá en carne propia Mariano con la misma intensidad que si hubiese puesto a Feijóo, Celso o a Chiquito de la Calzada, con todos mis respetos para este último.
4 comentarios:
A mí Mayor Oreja me ha decepcionado al aceptar servir de escudo humano a Rajao, porque eso es lo que va a hacer. Mayor Oreja, ha puesto su prestigio al servicio del que pisoteó a María San Gil. Por eso no me dolerá nada votar contra el PP.
Tan sólo quería comentarte que he vuelto a publicar.
Un saludo.
Yo también imaginaba que le ofrecerían el puesto. De todos modos, qué flojas se ven las cosas por la derecha...
Saludos!
Una cosa es que Mayor Oreja sea un tipo íntegro y otra bien distinta es que no le tenga apego a los píngües beneficios del cargo de eurodiputado.
Aún así yo no lo censuraría demasiado, teniendo en cuenta que Marianin en el GPE manda tanto como en el de aquí.
El tema de San Gil si es más delicado, pero insisto en ver más la bajada de pantalones por el lado sorayo, al fin y al cabo Jaime Mayor nunca ha cambiado su registro y han tenido que morir en él.
Me alegra Pazzi tu vuelta de las vacaciones. Y efectivamente las cosas en la bancada de la derecha andan flojas, flojas.
Un saludo a todos.
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