Obsesiones de la izquierda

Aún escuece en los sectores más cavernosos de la izquierda, que aquel poco carismático lider de la derecha española, José María Aznar, venciese en las elecciones generales de 1996 al todopoderoso Felipe González. Nadie podía imaginar que al gran Isidoro, ídolo de masas sociatas allá por el año 1982, ataviado con ese estudiado look progre de media melenita y cazadora de piel, en combinación con la chaqueta de pana y la camisa de cuadros, pudiese arrebatar la poltrona presidencial el oscuro inspector de hacienda, de tonalidades azules en chaqueta y corbata, combinadas como extrema extravagancia con pantalones gris marengo y esas camisas de gemelos exponentes máximos de la derecha más rancia junto con el bigote impenitente.

Pero la gente, aunque a veces lo parezca, no es tonta del todo, y frente al gracioso y carismático, a la vez que sinvergüenza y ladrón de Isidoro, antepusieron ese politico de casta castellana, si bien tosco e incólume, pero también incorruptible y casi obsesivo por la honradez en la gestión pública.

La izquierda es traicionera y rencorosa, con una memoria secular, capaz de guardar en la recámara hasta el último de los detalles a la espera de la venganza más siniestra. Hoy lo vemos con la concepción de España, esa es la máxima enemiga de esta gente, pues saben que si terminan con ella, matando nuestra idea de Nación, seremos más debiles, y por lo tanto más estupidos, quedando a la merced de los enemigos seculares.

Algo parecido sucede con la figura histórica de José María Aznar, el que es sin duda, a juicio de la historiografía más imparcial y a la vista de sus logros, el mejor presidente constitucional que ha tenido España. Tras su victoria, merced a la sangre de las victimas del 11-M, la labor de esta izquierda caínita se ha centrado, como vemos todos los dias, en volver a los reinos de taifas, convertirnos a base de bonitas palabras como igualdad, progresismo y demás basura demagógica, en un pueblo totalmente adormecido y sin personalidad, caldo de cultivo para las ideologías más peligrosas, revanchistas y envidiosas que el hombre ha ideado.

En esta estrategia se encuentra ahora volcado el gobierno socialista, no en gobernar, que es su obligación constitucional como tanto les gusta recordarnos, sino en implantar una nueva cultura de pensamiento único en la que no tienen cabida ni Dios, ni la dignidad de la persona, ni el orgullo en pertencer a una Nación con historia y solvencia demostradas, España; es la hora de las cortinas de humo sobre las cesiones políticas a los terroristas, sobre el aislamiento internacional de la Nación, sobre el igualitarismo matrimonial entre heterosexuales y otras inclinaciones sexuales, es la hora, en el cuarto aniversario de la intervención en Irak de hacer manifestaciones para intentar contrarrestar las mareas de almas que se manifiestan hora en Madrid, hora en Pamplona, por seguir siendo iguales y españoles.

En definitiva, es la hora de intentar manchar la imagen de los buenos politicos del ayer, como José María Aznar, con la ensoñaciones de juicios internacionales, para ocultar la incompetencia y desfachatez de las politicos de hoy. Ese engendro de la política socialista que atiende al nombre de Blanco se apunta, sin dudarlo, a los juicios sumarísimos ,mientras otros abogan abiertamente por la ilegalización del Partido Popular y la aplicación de cordones sanitarios, casualmente los mismos que defienden que los asesinos separatistas de Vasconia se puedan presentar a los comicios de mayo, todo vale en la España bananera, todo menos discrepar del pensamiento único impuesto por los resentidos que hoy nos desgobiernan.