Habemus presidente, nadie ha errado en la votación ni los llamamientos al diálogo del candidato popular han recalado en la oposición socialista y comunista, todo sigue igual.
He tenido la oportunidad, digámoslo asi, de asistir a los dos plenos de investidura del candidato a presidente de la Comunidad Autónoma en la Asamblea Regional. El dia de ayer la función empezó sobre las once de la mañana, con toda la plana mayor de la Administración Regional y bastantes alcaldes, hasta algunos por partida doble, como fue el caso de Lorca, que estuvo representada por su alcalde actual el popular Paco Jodar, y el anterior Leoncio Collado; pude apreciar que en vez de una función asistía a dos casi paralelas, por un lado, la oficial donde el candidato desgranaba su discurso, eso está en la prensa, y otra, la oficiosa, en la que los corrillos y las caras de los altos cargos eran un poema, y es que el nerviosismo está instalado en todos los despachos oficiales, entre el retrato del Rey y la Bandera Nacional.
Y es que mientras el presidente hacía su aparición, estrechando manos a diestro y siniestro, y provisto de un spray que algunos dicen que era para la afonía y yo creo que era para ahuyentar moscardones, resultaba chocante ver las caras y gestos, casi infantiles, de los secretarios generales de las consejerías, los directores generales y demás rebaño político. Los consejeros, sentados en el hemiciclo mantenian un poco el tipo, lo cual en algunos casos es loable, dado la afición etílica que algún consejero mantiene.
El discurso de ayer fue muy del estilo del presidente, infundiendo confianza y murcianía, y más dirigido a los televidentes y periodistas que a los diputados. Era constatable que se sentía cómodo, sólo le quedaba esperar la reacción de los medios, mientras seguía disfrutando viendo las caras y haciéndose el ejecutivo.
Esta mañana, segunda sesión en la Asamblea, toca madrugar pues el telón se levanta a las nueve con exacta puntualidad: intervenciones de los grupos parlamentarios, dúplica del presidente, réplica de los portavoces, votación y loas al héroe victorioso. Las caras y los nervios con veinticuatro horas más en el cuerpo se notan, sobre todo si te levantas con la noticia que hoy publica algún noticiero regional sobre la configuración del nuevo gobierno, estas implicado y no tenias ni idea. Menos gente que ayer, pero más caras largas, la ignorancia más absoluta en buena parte de los ilustrisimos se masca en el aire, unos hacen chascarrillos a ver si obtienen verdad por mentira, otros calculan la extraordinaria de junio, y todos devoran cafés y cigarros en el receso de media mañana.
El discurso de Saura, una amalgama de estultícias, sólo le ha faltado sacar los botellines de agua de la tele que lo han hecho famoso más allá del término municipal de Torre Pacheco. Pujante, ese comunista de casi dos metros, con un discurso prefabricado y desprovisto de cualquier convicción. Valcárcel vapulea a ambos entre las risas y aplausos del respetable, quizás pueda parecer poco correcto, pero los portavoces de la oposición muy flojos y ausentes del debate, estaban como recien salidos de la calle y apoltronados en la primera silla que les hubiese salido a su paso.
Vetustas diputadas que se van a su casa, o a los viajes del IMSERSO, tipo Mari Carmen Moreno o Asun Candel se despedian entre sollozos, mientras que los suplentes del PP esperan a que el presidente releve de sus cargos a ciertos diputados que pasarian el ejecutivo, preparando su asalto a los escaños vacíos de la Asamblea Regional. Coches oficiales, modelo A6 y remaches plateados, y altos cargos enfundados en trajes Cortefiel, camisas de cuello italiano, corbatas EmidioTucci, gemelos de pasamanería y cuarenta grados a la sombra, un poco de aire acondicionado no logra rasgar la tensión que se masca cual tabaco en el Lejano Oeste.
Las dos funciones, la oficial y la que me entretuvo sobre manera, terminaban pasadas las tres de la tarde, y otra vez de vuelta a la capital. Dicen los que saben de esto que las próximas cuarenta y ocho horas son cruciales para la configuración del nuevo gabinete. Confío en que aposten una UVI móvil en cada consejería, por lo que pudiese pasar.
He tenido la oportunidad, digámoslo asi, de asistir a los dos plenos de investidura del candidato a presidente de la Comunidad Autónoma en la Asamblea Regional. El dia de ayer la función empezó sobre las once de la mañana, con toda la plana mayor de la Administración Regional y bastantes alcaldes, hasta algunos por partida doble, como fue el caso de Lorca, que estuvo representada por su alcalde actual el popular Paco Jodar, y el anterior Leoncio Collado; pude apreciar que en vez de una función asistía a dos casi paralelas, por un lado, la oficial donde el candidato desgranaba su discurso, eso está en la prensa, y otra, la oficiosa, en la que los corrillos y las caras de los altos cargos eran un poema, y es que el nerviosismo está instalado en todos los despachos oficiales, entre el retrato del Rey y la Bandera Nacional.
Y es que mientras el presidente hacía su aparición, estrechando manos a diestro y siniestro, y provisto de un spray que algunos dicen que era para la afonía y yo creo que era para ahuyentar moscardones, resultaba chocante ver las caras y gestos, casi infantiles, de los secretarios generales de las consejerías, los directores generales y demás rebaño político. Los consejeros, sentados en el hemiciclo mantenian un poco el tipo, lo cual en algunos casos es loable, dado la afición etílica que algún consejero mantiene.
El discurso de ayer fue muy del estilo del presidente, infundiendo confianza y murcianía, y más dirigido a los televidentes y periodistas que a los diputados. Era constatable que se sentía cómodo, sólo le quedaba esperar la reacción de los medios, mientras seguía disfrutando viendo las caras y haciéndose el ejecutivo.
Esta mañana, segunda sesión en la Asamblea, toca madrugar pues el telón se levanta a las nueve con exacta puntualidad: intervenciones de los grupos parlamentarios, dúplica del presidente, réplica de los portavoces, votación y loas al héroe victorioso. Las caras y los nervios con veinticuatro horas más en el cuerpo se notan, sobre todo si te levantas con la noticia que hoy publica algún noticiero regional sobre la configuración del nuevo gobierno, estas implicado y no tenias ni idea. Menos gente que ayer, pero más caras largas, la ignorancia más absoluta en buena parte de los ilustrisimos se masca en el aire, unos hacen chascarrillos a ver si obtienen verdad por mentira, otros calculan la extraordinaria de junio, y todos devoran cafés y cigarros en el receso de media mañana.
El discurso de Saura, una amalgama de estultícias, sólo le ha faltado sacar los botellines de agua de la tele que lo han hecho famoso más allá del término municipal de Torre Pacheco. Pujante, ese comunista de casi dos metros, con un discurso prefabricado y desprovisto de cualquier convicción. Valcárcel vapulea a ambos entre las risas y aplausos del respetable, quizás pueda parecer poco correcto, pero los portavoces de la oposición muy flojos y ausentes del debate, estaban como recien salidos de la calle y apoltronados en la primera silla que les hubiese salido a su paso.
Vetustas diputadas que se van a su casa, o a los viajes del IMSERSO, tipo Mari Carmen Moreno o Asun Candel se despedian entre sollozos, mientras que los suplentes del PP esperan a que el presidente releve de sus cargos a ciertos diputados que pasarian el ejecutivo, preparando su asalto a los escaños vacíos de la Asamblea Regional. Coches oficiales, modelo A6 y remaches plateados, y altos cargos enfundados en trajes Cortefiel, camisas de cuello italiano, corbatas EmidioTucci, gemelos de pasamanería y cuarenta grados a la sombra, un poco de aire acondicionado no logra rasgar la tensión que se masca cual tabaco en el Lejano Oeste.
Las dos funciones, la oficial y la que me entretuvo sobre manera, terminaban pasadas las tres de la tarde, y otra vez de vuelta a la capital. Dicen los que saben de esto que las próximas cuarenta y ocho horas son cruciales para la configuración del nuevo gabinete. Confío en que aposten una UVI móvil en cada consejería, por lo que pudiese pasar.
2 comentarios:
Que bonito era cuando en tiempos de Franco los motoristas de cuero negro y casco blanco eran el Mercurio de la esperanza, el Estela Plateada del alto cargo... y la Casandra de la poltrona perdida...
Es que ahora somos más "moennos"
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