12 diciembre 2008

Tardá, 1714-2008


Cuando se abren las puertas de las instituciones al primero de turno no se porqué luego alguien se extraña cuando se oye un rebuzno, qué lirísmo el mio. Verdaderamente es espeluznante que un depositario de la soberania nacional, e incluso en España un politico en activo, pueda decir semejantes sandeces sin que nadie diga o haga nada.

Ya sabemos el estilo directo, desenfadado y cuasi ilegal que usan los nuevos líderes de masas de los separatismos extremos por ciertos lares, pero insultar al Jefe del Estado sin que haya, aparentemente, consecuencias jurídicas, es de juzgado de guardia. Obviamente, allá cada cual con las opiniones que le puedan suscitar personajes como quienes las pronuncian, o el mismísimo monarca, cuyas actitudes y andanzas han sido oportunamente glosadas por éste que suscribe. Pero que nadie se lleve a engaño, las palabras de Tardá en su arenga ante las mocedades extasiadas de su partido, recogen un sentimiento tan nítido como el que se deduce de su ideología: el odio a España y a todo lo que representa no una pretendida retroacción histórica como se ha sugerido a posteriori.

Poniendo en el congelador que no le desea mal alguno a Juan Carlos de Borbón como ciudadano de a pie, abuelito de sus nietos, no olvidemos que éste es Rey, Rey de España y simbolo, de aquella manera pero simbolo al fin y al cabo, de la unidad y permanencia de la nación española, y no cito un discurso del anterior Jefe del Estado sino el texto constitucional que permite a Tardá soltar semejantes exabruptos y cobrar del erario en respuesta. No es dificil concluir que el republicano catalán arengó irresponsablemente a los chiquillos y nostálgicos concregados en esa especie de cremá morbosa vista en televisión en que se convertió el festejo de autos. Luego nadie podrá extrañarse que un dia pasemos de quemar retratos a prender materiales más inflamables...

Algunos nos preguntamos cómo es posible que alguien que hace una declaración de intenciones tan nítida pueda seguir ocupando un escaño en la Carrera de San Ildefonso (es decir cobrando de nuestro bolsillo) cómo el partido que sustenta el gobierno de la Nación siga en tratos con esta gente en Cataluña, cómo la fiscalia no actúa y cómo se pretende correr un túpido velo sobre unas palabras inflamables hasta la saciedad.

Felipe de Anjou y Juan Tardá no sé si coincidirán en algún sitio, supongo que no, lo que está claro es que el primer Borbón aportó más a la historia de España que muchos de los que hay ahora, incluidos los que se quedan afónicos diciendo sancedes que luego tienen que matizar con las más absurdas interpretaciones históricas como el pretender una republicana ¿catalana? en pleno 1714, intelecto en estado puro.

7 comentarios:

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Las lindezas de Tardá lo hizo con el único ánimo de provocar. ¿De qué si no van a vivir estos?

Anónimo dijo...

Te sales.

Antonio Rentero dijo...

Con disparates como el de Tarda solo se me ocurre reponer que no lo imaginaba partidario de los Austrias...

Wunderkammer dijo...

Muy bueno, Rentero.

Mike dijo...

Hola!

No sé si aceptas premios, pero este es un modo de reconocer tu trabajo.


Tienes un premio SIN NORMAS en mi blog.

Saludos!

Legionarius dijo...

Aún sin ser yo monárquico he de decir que Tardá se dedica a rebuznar porque sabe que no le pasará nada, sino otro gallo cantaría.

Un saludo español...

Imperator dijo...

Es posible que el autor del rebuzno busque la notoriedad que se le niega, pero no comentar ciertos excesos me parece imperdonable.

Gracias a todos y saludos