07 octubre 2009

Ramón Luis I, el deseado


Es uno de los clásicos de esta bitácora, y la verdad es que me encanta. Primero fue el tema de la crisis, ahora el trasvase del Tajo-segura, lo que es evidente es que Ramón Luis Valcárcel, presidente del Partido Popular de la Región de Murcia sigue al pie del cañon, lo que viene a ser, hablando en plata, que optará a una nueva reválida electoral, muy a pesar de la frustrada oposición y de los eternos, y variados, inquilinos del banquillo.

Valcárcel es el presidente que ha transformado la Región de Murcia, y el dirigente absoluto e indiscutible de una organización regional que ha amasado por y para su proyecto político, quitándo y poniendo a los escalafones inferiores con pulso firme, eso tiene múltiples ventajas, aunque también algún inconveniente que sale a relucir cada cierto tiempo.

Valcárcel ha perfeccionado con los años un papel hecho a su medida, comparación tal vez desatinada en estos dias, ha impulsado la acción de gobierno con un toque personalísimo que se ha percibido en muchas iniciativas que han visto la luz auspiciadas directamente desde San Esteban, sin que nadie haya mirado hacia otro lado. Igualmente ha pasado en el terreno orgánico.

Las razones esgrimidas por el presidente para optar a la reelección se me antojan correctas, válidas si se quiere, pero incompletas para un observador medio. Ramón Luis avisó, en un par de ocasiones si no recuerdo mal, que su mandato tenía fecha de caducidad, pero siempre hay una fuerza mayor que supone la excepción al compromiso previo.

En este mar de dudas, la oposición política declarada a extinguir, incapaz de ganarle en las urnas, empieza a esgrimir el argumento de la limitación de mandatos. Una idea interesante, y que contaría con mi aplauso en condiciones normales, no si es la reacción ante el anuncio del inquilino de San Esteban.

Echando un vistazo rápido a un escenario alternativo podriamos ver a nuestro protagonista con un puestazo en un ministerio en el gabinete de José Maria Aznar o en un destino europeo, verdadera cima del cursus honorum para el presidente regional, que traería el trasvase del Ebro a Murcia, con un congreso extraordinario en el que la sociedad ovacionaría al lider regional ante la mirada complacida de un presidente del gobierno de la Nación de su mismo signo político. Pero el futuro es caprichoso y rara vez se ajusta a lo previsible.

¿Debería Valcárcel marcharse, podría hacerlo? la respuesta es obviamente negativa. Cualquier atisbo de sucesión en el Partido Popular mira a Génova y al sucesor digital, todo lo que ha venido después es conocido de sobra. Quiero llegar, como sabe el lector habitual, al tema del delfinazgo regional.

Intentos infructuosos ha habido pero ninguno ha cuajado. El sucesor natural, al que reconozco tener más paciencia que el santo job, sigue ahí cual principe de gales en versión huertana, firme el ademán, pero no demasiado más. Algunas jóvenes promesas han desaparecido literalmente de la escena política, fulminando antiguas consejerias y cesando toda mención de su nombre, como pasó durante el destierro de Rodrigo Diaz de Vivar, aunque presumo que con peor desenlace. Otros permanencen en sus puestos con las etiquetas de delfines, tan perjudiciales como incómodas de explicar. La cosa no termina de cuajar.

¿Ha propiciado realmente el presidente una sucesión real? Sólo dos respuestas son posibles. En caso negativo todo seguiría el curso previsto, pero entonces no tendría sentido el empeño de la palabra dada para luego retractarse, con un techo de votos superado cada vez y con una oposición socialista a medio camino entre la risa y la pena, obviamente no habría necesidad.

En el caso positivo, los delfines previstos se han ido quedando por el camino. Las piedras, lógicamente, han venido desde dentro, desde sectores que si bien no han podido imponer candidato si han tenido la suficiente fuerza como para frenar al sucesor. La cuestión parece sencilla, para conseguir el objetivo habría que allanar el camino, apartando las piedras y tapando agujeros.

El tema da para mucho, y como inconcluso que está, seguiremos desmenuzándolo.


5 comentarios:

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Con motivo del segundo aniversario de mi blog he convocado la II edición del Premio al mejor Blog Premio al mejor Blog, con lo cual estás invitado para participar en el proceso selectivo de los candidatos que aspiren al premio.

También, si lo consideras oportuno, te agradecería que dieses publicidad a esta II edición.

Anónimo dijo...

Que sutileza: "Algunas jóvenes promesas han desaparecido literalmente de la escena política, fulminando antiguas consejerias y cesando toda mención de su nombre, como pasó durante el destierro de Rodrigo Diaz de Vivar, aunque presumo que con peor desenlace.", algunos nombres me vienen a la cabeza, sin poder contener una pequeña risotada.

Un saludo

Imperator dijo...

Gracias Carrero-Blanco por la invitación, veré lo que puede hacer.

Entreténgase usted señor anónimo pero no sea malo, y si lo es no me use de pretexto.

Un saludo a ambos.

con8basta dijo...

La sociedad murciana debería reaccionar contra la reelección de Valcárcel. Es una cuestión de calidad democrática limitar los mandatos de las altas magistraturas políticas. Es evidente que Valcárcel siempre encontrará un motivo cómodo para presentarse eternamente. La política necesita periódicamente de nuevas caras y nuevos proyectos. Y Valcárcel lleva camino de ostentar el nada envidiable título de presidente de comunidad autónoma más aferrado al poder...

Imperator dijo...

Estoy totalmente a favor de limitar los mandatos en cargo público, que más le puedo decir.

Un saludo.