07 enero 2008

La Sucesión de Valcárcel (y IV)

En mi partido no hay delfines, sino tiburones. Con esta gracieta tan auténtica como fútil zanjaba el presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, Ramón Luis Valcárcel las preguntas que los periodistas le hacian en el tradicional desayuno con los medios de comunicación que ofrece el mandatario con motivo de la Navidad.

Un año que pese a la marejada de la operación tótem, el presidente regional considera positivo, y el que algunos aventuraban como el último de Valcárcel como inquilino de San Esteban, sin embargo las cosas pueden torcerse, y el proceloso asunto de la sucesión dar mucho más de sí.

El encarcelamiento del alcalde totanero y la persecución de su antecesor, y hasta hace poco diputado popular, ahora desterrado en el Grupo Mixto, junto con otras cuestiones también domésticas pueden hacer retrasar el retiro dorado que el presidente diseñara para sí mismo. Bien es cierto que ahora lo que toca es gobernar, que se diría en los sitios finos, aunque verdaderamente lo que se cueza, dejando a un lado los grupos de crisis y los juristas adheridos, es el asunto de las listas para Madrid; el grupo de murcianos y de paracaidistas que acompañaran a Mariano Rajoy a su segundo debate de investidura como lider de la oposición, espero equivocarme, pero lo gordo, la molla como se dice por aquí, sigue siendo el tema sucesorio.

Miguel Ángel Cámara, el alcalde capitalino, ya ha dicho por activa y por pasiva que a Madrid nones, ni Cámara Alta, que coincidencia, ni baja, él en Murcia gobernando La Glorieta, es decir cerquita de los mentideros políticos, que lo de la patada hacia arriba con él no cuela, obvio, pues el primer edil lleva muchos años en el tema para que se le endulce con un caramelo tan escaso.

El delfín o tiburón, yo ya no sé, que se oía con más fuerza, me refiero esta vez al diputado regional, portavoz del partido y alcalde lumbrerense Pedro Antonio Sánchez, se encuentra en un momento delicado, una querella de los socialistas ha sido admitida a trámite, lo que tampoco quiere decir demasiado, salvo que desfilará por el TSJ, por aquello del fuero, no los de su pueblo, que desconozco si los tiene, sino por su razón de diputado regional, veremos lo que pasa, si encuentran algo su posición en la carrera sucesoria sufrirá un revés, si por el contrario sale indemne puede que, incluso, termine dando gracias a los precursores de aquella.

A todo esto y en medio el asunto madrileño, que se me antoja secundario en estos momentos, Garre, Ayala, Lourdes Méndez y hasta Martínez Pujalte, que me cae muy bien el tio, pueden ir en la lista de Rajoy, por el contrario Antonio Gómez Fayrén no debería marchar ni a la Carrera de San Jerónimo ni a la Alta Cámara, sino quedarse al lado del presidente y arrimar el hombro, falta le puede hacer, sobre todo porque las eminencias no abundan precisamente.

Lo que si es claro es que el asunto tótem con un alcalde en prisión, un diputado en capilla (me refiero a Morales) y unos cuantos tiburones removiendo el agua, aconseja que el presidente, por muchas razones que tenga para irse, aguante un poco la respiración y apriete fuerte el timón del partido, conociéndolo seguro que lo hace y no permite ninguna dentellada a destiempo.

2 comentarios:

Fin de los Tiempos dijo...

Las sucesiones son mal asunto, distraen la atención pública de lo que importa

El Cerrajero dijo...

Se mantiene el suspense de si en el PP estarán a la altura del reto histórico que tenemos todos los españoles.

Como no se aclaren pronto...