El 10 de julio de 1997, la banda terrorista y mafiosa de ETA secuestraba a un joven muchacho, su crimen, ser un concejal del Partido Popular en el Pais Vasco, su nombre por todos conocido Miguel Ángel Blanco Garrido.
A las cuarenta y ocho horas, sus verdugos daban rienda suelta a sus instintos animales y herían mortalmente al edil, no fue un asesinato más, pues la sociedad española, incluyo a la vasca pues son la misma cosa, daba un paso firme hacia adelante y le clamaba a ETA un grito de guerra que una década después, y por desgracia, se sigue oyendo: Basta Ya.
No voy a hacer una reflexión demasiado profunda, pues luego se me asusta algún duende de internet, pero si quiero dejar constancia de mi respeto hacia ese muchacho y tantos compañeros que dia tras dia viven una auténtica cruzada contra el totalitarismo nacionalista vasco.
En diez años hay cosas que no han cambiado, siguen existiendo muchos anónimos héroes que cada dia hacen gala de un patriotismo y un talante verdaderamente democrático que nunca podrá ser alcanzado por eso amigos del tiro en la nuca y la extorsión, del coche bomba y de los cócteles molotov.
Pero, desgraciadamente, si hay cosas que han cambiado: hace diez años Miguel Ángel dió su vida por una España en paz y libertad, y hoy mientras unos rinden anónimo y humilde tributo como éste, otros prostituyen su memoria con ambigüedades tan meditadas que rayan en lo delictivo, y son desde luego de una bajeza moral dificil de superar.
Hace diez años, un joven concejal murió porque el Gobierno no cedió al chantaje, una nación entera clamó por su vida, pero nadie cuestionó al gobierno, se daba por supuesto que con quien te quiere matar no hay nada de que hablar. No sé si diez años son muchos o pocos, lo que está claro es que en 1997 Miguel Ángel Blanco no murió por nada, unos lo tenemos claro, otros parece que no tanto.
Descanse en paz
A las cuarenta y ocho horas, sus verdugos daban rienda suelta a sus instintos animales y herían mortalmente al edil, no fue un asesinato más, pues la sociedad española, incluyo a la vasca pues son la misma cosa, daba un paso firme hacia adelante y le clamaba a ETA un grito de guerra que una década después, y por desgracia, se sigue oyendo: Basta Ya.
No voy a hacer una reflexión demasiado profunda, pues luego se me asusta algún duende de internet, pero si quiero dejar constancia de mi respeto hacia ese muchacho y tantos compañeros que dia tras dia viven una auténtica cruzada contra el totalitarismo nacionalista vasco.
En diez años hay cosas que no han cambiado, siguen existiendo muchos anónimos héroes que cada dia hacen gala de un patriotismo y un talante verdaderamente democrático que nunca podrá ser alcanzado por eso amigos del tiro en la nuca y la extorsión, del coche bomba y de los cócteles molotov.
Pero, desgraciadamente, si hay cosas que han cambiado: hace diez años Miguel Ángel dió su vida por una España en paz y libertad, y hoy mientras unos rinden anónimo y humilde tributo como éste, otros prostituyen su memoria con ambigüedades tan meditadas que rayan en lo delictivo, y son desde luego de una bajeza moral dificil de superar.
Hace diez años, un joven concejal murió porque el Gobierno no cedió al chantaje, una nación entera clamó por su vida, pero nadie cuestionó al gobierno, se daba por supuesto que con quien te quiere matar no hay nada de que hablar. No sé si diez años son muchos o pocos, lo que está claro es que en 1997 Miguel Ángel Blanco no murió por nada, unos lo tenemos claro, otros parece que no tanto.
Descanse en paz
2 comentarios:
Miguel Angel nos dolió y nos sigue doliendo pq era como cualquiera de nosotros.
Miguel Angel Blanco somos todos.
Lo dicho, Descanse en Paz
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