Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad

Así reza el villancico popular. La Navidad, es una fiesta esencialmente religiosa, los cristianos conmemoramos el nacimiento de Jesús, junto con el Domingo de Resurrección estamos, muy posiblemente, ante la fiesta más importante de la Crsitiandad, hemos de ser conscientes de ello.

El consumismo, el materialismo y el laicismo mal entendido, nos plantan cara todo el año, y su festividad más favorita es la Navidad, el afán de eliminar todo vestigio de espiritualidad de estas fechas es tan necio, como insistente, y por ello no hemos de bajar la guardia; el tradicionalismo impregna estas fiestas, pero el elemento religioso es imprescindible, no permitamos que nadie adultere el sentido de nuestra Navidad.

La Navidad católica, no sólo ha de ser un punto de encuentro entre familiares y amigos para el consabido intercambio de regalos, tenemos que intentar que nuestra fiesta sea más plena, recordando aquel niño que nació en un humilde portal de Belén hace tantos siglos, que la significación de su nacimiento, y posterior pasión, muerte y resurrección, no nos dejen impávidos, que los más pequeños de nuestros hogares sepan algo más de ese niño jesús que colocamos como pieza principal de nuestro nacimiento.

Desde El Concilio Ibérico, quiero desear a mis lectores y amigos una feliz Nochebuena, con la familia y los amigos, una noche que ha de ser familiar y entrañable, una noche donde conmemoramos que hace muchos años el hijo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.