Aunque la cutrez y la casposidad inundan desde hace tiempo la vida nacional, hoy quiero escribir unas líneas sobre ese bufón de bufones que es el Chiqui-cutre, ese intrépido representante que algunos han enviado a esa especie de mercado de buenos y malos amigos que es Eurovisión.
La verdad es que el fenómeno eurovisivo nunca me ha llamado la atención, menos si cabe cuando el representante que manda tu pais es un humorista, nulo de dotes artísticas y bastante chabacano. Debe ser que la norma no escrita del concurso dice que hay que enviar un representante de lo más característico, en ese caso hemos acertado de lleno, porque el chiqui-cutre éste refleja a la perfección la situación actual de España.
El que estará contento será Buenafuente, ya que, a las no pocas prebendas obtenidas por La Sexta, se están uniendo los múltiples beneficios que el personajillo de la guitarra de juguete le está reportando al comunicador de la perilla.
Creo que certámenes como el de Eurovisión son un reducto de épocas pasadas, el rollito romántico de una Europa unida a los sones de melodiosas canciones en distintos idiomas poco tiene que ver con el politiqueo predominante en las votaciones y del mercadeo de audiencias que rodea a la elección de los candidatos.
En la antigua Roma decían aquello del pan y circo, hoy en dia no hemos avanzado demasiado y España, como siempre, aportando el doble de caspa que el resto. Sólo espero que ahora que ha terminado el asunto, este pobre hombre meta en un cajón el tupé, las gafas de pasta y la guitarra comprada en el rastro y desaparezca una vez se haya despedido oportunamente de las hijas de Peret esas que, con el pelo de Elvis y más pena que gloria, le hacian los coros.
La verdad es que el fenómeno eurovisivo nunca me ha llamado la atención, menos si cabe cuando el representante que manda tu pais es un humorista, nulo de dotes artísticas y bastante chabacano. Debe ser que la norma no escrita del concurso dice que hay que enviar un representante de lo más característico, en ese caso hemos acertado de lleno, porque el chiqui-cutre éste refleja a la perfección la situación actual de España.
El que estará contento será Buenafuente, ya que, a las no pocas prebendas obtenidas por La Sexta, se están uniendo los múltiples beneficios que el personajillo de la guitarra de juguete le está reportando al comunicador de la perilla.
Creo que certámenes como el de Eurovisión son un reducto de épocas pasadas, el rollito romántico de una Europa unida a los sones de melodiosas canciones en distintos idiomas poco tiene que ver con el politiqueo predominante en las votaciones y del mercadeo de audiencias que rodea a la elección de los candidatos.
En la antigua Roma decían aquello del pan y circo, hoy en dia no hemos avanzado demasiado y España, como siempre, aportando el doble de caspa que el resto. Sólo espero que ahora que ha terminado el asunto, este pobre hombre meta en un cajón el tupé, las gafas de pasta y la guitarra comprada en el rastro y desaparezca una vez se haya despedido oportunamente de las hijas de Peret esas que, con el pelo de Elvis y más pena que gloria, le hacian los coros.
3 comentarios:
Coincido con tu comentario, que muchos hemos compartido en la red. Por algo será.
He abierto un pequeño post como libro de condolencias, por el fallecimiento de un "Grande" por la libertad de los pueblos.
Estáis invitados a firmar, para animar a buenos amigos míos de ese país, que me leen a diario.
Muchas gracias por vuestro tiempo.
Me resisto a malgaster tiempo y neuronas en el Chikili-kutre y su patulea, pero lo q es triste y lamentable es que el poder de decision del pueblo termine decantandose con estas sandeces.
Estos lodos eurovisivos no son sino la consecuencia de aquellos polvos de la LOGSE "et al".
No es esto, no es esto.
Recemos porque no llegue ni al verano.
Un saludo.
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