El objetivo de cualquier artículo que plasmo en este blog, cuya línea editorial nunca he ocultado sino todo lo contrario, es suscitar un debate serio y de cierto nivel intelectual donde confrontar argumentos, y aflorar opiniones dispares.
Parece que con uno de mis último posts, titulado Laicismo versus Aconfesionalidad, eso he logrado, pues desmitificador, no sé si asiduo, ocasional o accidental visitante de este rincón, ha decidido plasmar en un comentario su opinión al respecto, no coincidente con la mía, por lo que presumo que el entretenimiento, espero que no sólo para ambos, puede estar medianamente asegurado. Usaré esta atalaya cibernética para replicar, de ahí el título, las afirmaciones que contrapone a las mias.
Mis primeras palabras son para agradecerte que tras el tufillo tan molesto a naftalina que dices haber detectado hayas encontrado la ocasión para ponerte ante tu teclado e intentar confrontar argumentos con un servidor.
Parece que no estas demasiado de acuerdo con que la religión católica suponga uno de los mayores enemigos del pensamiento único, me explicaré. Espero no tener enfrente a nadie que tenga en mente a los religiosos de la Edad Media ni de la Inquisición, pues siempre me he referido al que podriamos llamar catolicismo contemporáneo, el que nos ha tocado vivir, el mismo que ha dado fortaleza a tantos disidentes del comunismo para enfrentarse al pensamiento oficialista: aplicable tanto a la Iglesia que pedía la conmutación de las penas de muerte en los estertores del Franquismo, la que emitió certificados falsos de bautismo para salvar a los judios del Holocausto, la que colaboró decididamente con la caida del muro de Berlín o la que realiza una labor apostólica y humanitaria en el Africa negra, en Asia o en Sudamérica, mundialmente reconocida por propios y extraños.
Creo que es un argumento perfido el mezclar que cada religión se difunda como verdadera con el hecho de que se imponga o exista beligerancia entre las confesiones. Parece que tienes en mente, en efecto, al Islám como confesión que tiene entre su credo la Guerra Santa, pero olvidas, no sé si conscientemente, o bajo el tufillo, esta vez si, del izquierdismo más anticlerical que progresista, las declaraciones de la Iglesia de Roma pidiendo perdón por sus errores históricos (Darwin, el Santo Oficio), quiero decir con esto que si ha habido una confesión tolerante con el resto esa es precisamente la Católica (la única que habla del amor al prójimo). Ahí están las hemerotecas para ver al Santo Padre, siempre a instancia propia, reunido con los representantes de las grandes confesiones, ortodoxos, judíos, mahometanos, o rezando en La Meca, en una sinagoga o en el Muro de las Lamentaciones.
La mentira repetida cien veces se convierte en verdad, el axioma del ministro de propaganda del III Reich Joseph Goebbels. Dices que la Iglesia ha usado la misma estrategia durante siglos, para me imagino según tú, inundar al Mundo en una hora fúnebre de oscurantismo y brujeria. Bueno, era lo que decía antes sobre la óptica que a la izquierda le gusta tener de la Iglesia, te ha faltado aludir a las suntuosas estancias del Vaticano y las orgias de los Borgia.
Está bien, que veas En nombre de la rosa, pero si eres aficionado al cine también puedes ver La Misión. Metáforas de cinéfilo aparte, parece que olvidas un hecho que es sistemáticamente soslayado por la naftalina anticlerical, ésta si, y es el hecho de que la religión, cualquiera de ellas no es impuesta al hombre, no al menos en la actualidad salvo en los paises de añorado recuerdo para algunos, esos donde se persigue a los enemigos de la Iglesia, y se ha sustituido un culto a Dios, por un culto a un hombre, a una ideología o a un estado, ¿te suena? o aquellos otros de turbante, burka y mujahidin.
Obvias también el detalle de la importante aportación del cristianismo a la configuración del pensamiento humanista occidental, donde es el libre albedrio del ser humano el eje de todo su proceder, desde el Derecho Romano hasta el Codigo Civil de Napoleón pasando por algo tan insignificante como el Derecho Canónico.
Escuece al amigo desmitificador mi frase al actual partido socialista le molesta todo lo que es intrinsecamente español. Sin duda ésta es la parte más fácil de replicar, efectivamente no es igual la Hispania romana, que la visigótica, la fenicia o la medieval, la borbónica o el imperio donde el sol no se ponía, las guerras carlistas que los pactos de la Moncloa, ¿pero sabes una cosa? en todas esas épocas históricas hay algo que perdura y que nadie había puesto en duda y es la existencia misma de una realidad nacional, histórica y cultura que se llama España, y hasta tú sabes que ese concepto no es ni discutido, ni discutible, y si hay algo pueril es creerte, o hacer creer lo contrario.
También comentas, tema favorito desde hace cuatro años, los terribles sucesos de la Guerra Civil. Detectó un uso malévolo del término aliar, cuando te refieres al papel de la Iglesia durante la contienda en España, aún así agradezco que, en un uso para mí demasiado ingenuo del lenguaje, califiques las atrocidades cometidas sobre religiosos como sucesos graves, una expresión de lo más plástica y clarificadora, sobre todo por la apostilla posterior.
Al parecer produce prurito el comparar a la vicepresidenta actual de España con Juan Negrín, ese mismo socialista que en su bando lo considerasen uno de las máximos precursores de los pactos con la URSS, y de prolongar inutilmente la guerra. Bueno, amigo desmitificador, que yo sepa no es este lado el que está sacando del armario todos los fantasmas del pasado, expulsados de la sique colectiva en la Transición, y expoleando los más ocultos sentimientos de revancha de los nietos de aquellos que tristemente tuvieron que tomar el camino del exilio, dejanos al menos la oportunidad de que nuestra parte de la memoria histórica también salga a colación, ¿no?
Parece que con uno de mis último posts, titulado Laicismo versus Aconfesionalidad, eso he logrado, pues desmitificador, no sé si asiduo, ocasional o accidental visitante de este rincón, ha decidido plasmar en un comentario su opinión al respecto, no coincidente con la mía, por lo que presumo que el entretenimiento, espero que no sólo para ambos, puede estar medianamente asegurado. Usaré esta atalaya cibernética para replicar, de ahí el título, las afirmaciones que contrapone a las mias.
Mis primeras palabras son para agradecerte que tras el tufillo tan molesto a naftalina que dices haber detectado hayas encontrado la ocasión para ponerte ante tu teclado e intentar confrontar argumentos con un servidor.
Parece que no estas demasiado de acuerdo con que la religión católica suponga uno de los mayores enemigos del pensamiento único, me explicaré. Espero no tener enfrente a nadie que tenga en mente a los religiosos de la Edad Media ni de la Inquisición, pues siempre me he referido al que podriamos llamar catolicismo contemporáneo, el que nos ha tocado vivir, el mismo que ha dado fortaleza a tantos disidentes del comunismo para enfrentarse al pensamiento oficialista: aplicable tanto a la Iglesia que pedía la conmutación de las penas de muerte en los estertores del Franquismo, la que emitió certificados falsos de bautismo para salvar a los judios del Holocausto, la que colaboró decididamente con la caida del muro de Berlín o la que realiza una labor apostólica y humanitaria en el Africa negra, en Asia o en Sudamérica, mundialmente reconocida por propios y extraños.
Creo que es un argumento perfido el mezclar que cada religión se difunda como verdadera con el hecho de que se imponga o exista beligerancia entre las confesiones. Parece que tienes en mente, en efecto, al Islám como confesión que tiene entre su credo la Guerra Santa, pero olvidas, no sé si conscientemente, o bajo el tufillo, esta vez si, del izquierdismo más anticlerical que progresista, las declaraciones de la Iglesia de Roma pidiendo perdón por sus errores históricos (Darwin, el Santo Oficio), quiero decir con esto que si ha habido una confesión tolerante con el resto esa es precisamente la Católica (la única que habla del amor al prójimo). Ahí están las hemerotecas para ver al Santo Padre, siempre a instancia propia, reunido con los representantes de las grandes confesiones, ortodoxos, judíos, mahometanos, o rezando en La Meca, en una sinagoga o en el Muro de las Lamentaciones.
La mentira repetida cien veces se convierte en verdad, el axioma del ministro de propaganda del III Reich Joseph Goebbels. Dices que la Iglesia ha usado la misma estrategia durante siglos, para me imagino según tú, inundar al Mundo en una hora fúnebre de oscurantismo y brujeria. Bueno, era lo que decía antes sobre la óptica que a la izquierda le gusta tener de la Iglesia, te ha faltado aludir a las suntuosas estancias del Vaticano y las orgias de los Borgia.
Está bien, que veas En nombre de la rosa, pero si eres aficionado al cine también puedes ver La Misión. Metáforas de cinéfilo aparte, parece que olvidas un hecho que es sistemáticamente soslayado por la naftalina anticlerical, ésta si, y es el hecho de que la religión, cualquiera de ellas no es impuesta al hombre, no al menos en la actualidad salvo en los paises de añorado recuerdo para algunos, esos donde se persigue a los enemigos de la Iglesia, y se ha sustituido un culto a Dios, por un culto a un hombre, a una ideología o a un estado, ¿te suena? o aquellos otros de turbante, burka y mujahidin.
Obvias también el detalle de la importante aportación del cristianismo a la configuración del pensamiento humanista occidental, donde es el libre albedrio del ser humano el eje de todo su proceder, desde el Derecho Romano hasta el Codigo Civil de Napoleón pasando por algo tan insignificante como el Derecho Canónico.
Escuece al amigo desmitificador mi frase al actual partido socialista le molesta todo lo que es intrinsecamente español. Sin duda ésta es la parte más fácil de replicar, efectivamente no es igual la Hispania romana, que la visigótica, la fenicia o la medieval, la borbónica o el imperio donde el sol no se ponía, las guerras carlistas que los pactos de la Moncloa, ¿pero sabes una cosa? en todas esas épocas históricas hay algo que perdura y que nadie había puesto en duda y es la existencia misma de una realidad nacional, histórica y cultura que se llama España, y hasta tú sabes que ese concepto no es ni discutido, ni discutible, y si hay algo pueril es creerte, o hacer creer lo contrario.
También comentas, tema favorito desde hace cuatro años, los terribles sucesos de la Guerra Civil. Detectó un uso malévolo del término aliar, cuando te refieres al papel de la Iglesia durante la contienda en España, aún así agradezco que, en un uso para mí demasiado ingenuo del lenguaje, califiques las atrocidades cometidas sobre religiosos como sucesos graves, una expresión de lo más plástica y clarificadora, sobre todo por la apostilla posterior.
Al parecer produce prurito el comparar a la vicepresidenta actual de España con Juan Negrín, ese mismo socialista que en su bando lo considerasen uno de las máximos precursores de los pactos con la URSS, y de prolongar inutilmente la guerra. Bueno, amigo desmitificador, que yo sepa no es este lado el que está sacando del armario todos los fantasmas del pasado, expulsados de la sique colectiva en la Transición, y expoleando los más ocultos sentimientos de revancha de los nietos de aquellos que tristemente tuvieron que tomar el camino del exilio, dejanos al menos la oportunidad de que nuestra parte de la memoria histórica también salga a colación, ¿no?
2 comentarios:
Magníficamente expresado, Querido Imperator. No te falta ni un ápice de razón hasta en la más mínima coma.
Eso sí, no pretendas, oh pobre inocente, reciprocidad. Lo de algunos es memoria histórica, lo de otros es revisionismo peligroso.
No saque trapos sucios de Negrín y demás no sea que terminen quemándote en la misma hoguera que a Pío Moa.
Gracias por tu apoyo y asiduidad manifiesta.
Un saludo.
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