Que José María Aznar sigue siendo un referente para la derecha española es una evidencia que en poco tiempo veremos reforzada, del mismo modo que todos sabemos, incluso él hoy también, que uno de los grandes errores que cometió fue el colocar a Mariano Rajoy como sucesor a título de opositor sine die.
La crisis que actualmente azota al Partido Popular tiene un único resposable, su nombre, Mariano Rajoy Brey, un político que, pese a no gustarme desde sus primeros seseos, parecía que tras su aspecto gris de gallego socarrón y cultureta podría devolver a los populares al gobierno de la Nación tras la imprevista derrota del 9-M, todos lo pensaron, el presidente de FAES y este humilde escribiente también.
El Registrador de Santa Pola merecía una segunda oportunidad, contaba para ello con hombres y mujeres aguerridos, anteriores ministros y altos cargos del Gabinete de Aznar, además de Comunidades Autónomas prósperas donde poder comparar la forma de hacer política de Zapatero con los proyectos de los populares, todo eso se ha perdido, todo eso Rajoy lo ha malogrado.
En 2004, tras el impacto de la derrota, nadie le culpó, todos arrimamos el hombro, haciendo la vista gorda ante algunos de sus vaivenes, aplaudiendo su oratoria brillante en ocasiones y denunciando ciertas estulticias cuando era preciso. Tras el último batacazo electoral, vendrán otros, todo ha cambiado: los blogs pro-rajoy brillan por sus deserciones, los más brillantes escuderos de la anterior legislatura son apartados groseramente de sus cargos y aquellos barones con acreditados resultados son sustituidos por jóvenes edecanes sin más experiencia que la que da la fotocopiadora de Génova y los cafes del Tony Romans.
Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, María San Gil y Esperanza Aguirre, y para culminar, de momento, la gestión más pesima de la vida interna del patido desde la refundación, Ortega Lara rompe su carnet, y el presidente de FAES, último espejismo de las glorias pasadas, se ve obligado a empezar a dar toques de atención.
Me sorprende ver el cariz que están tomando las cosas. La ineptitud de Rajoy y su tropa para gestionar con éxito cualquier contencioso es nula. Mariano es un pasivo para el PP, un cadáver andante y con lastre que se empeña en aferrarse a su tercera oportunidad intentando la comparación con González y Aznar cuando no ve más solución para despegar que abrillantar el trasero de los nacionalistas a base de lenguetazos via ponencia política.
En su viaje hacia la descomposición de la miseria, que alguien, algún dia, deberá recomponer, se ha rodeado de un heterogéneo equipo entre los que destancan las últimas incorporaciones de Manuel Fraga, aplicador del centrismo made in Francisco Franco, Gallardón el humilde, Soria el amigo del nacionalismo, Soyaya, la hija de, y otros próceres cuya máxima virtud es apalancar la poltrona marianera más allá de las elecciones europeas.
Mientras tanto Rodrigo Rato, Gustavo de Aristegui, Aznar y tantos otros ven como el nefasto Marianin, aquel avezado estudiante de registro, machaca todo lo que costó tanto montar.
La crisis que actualmente azota al Partido Popular tiene un único resposable, su nombre, Mariano Rajoy Brey, un político que, pese a no gustarme desde sus primeros seseos, parecía que tras su aspecto gris de gallego socarrón y cultureta podría devolver a los populares al gobierno de la Nación tras la imprevista derrota del 9-M, todos lo pensaron, el presidente de FAES y este humilde escribiente también.
El Registrador de Santa Pola merecía una segunda oportunidad, contaba para ello con hombres y mujeres aguerridos, anteriores ministros y altos cargos del Gabinete de Aznar, además de Comunidades Autónomas prósperas donde poder comparar la forma de hacer política de Zapatero con los proyectos de los populares, todo eso se ha perdido, todo eso Rajoy lo ha malogrado.
En 2004, tras el impacto de la derrota, nadie le culpó, todos arrimamos el hombro, haciendo la vista gorda ante algunos de sus vaivenes, aplaudiendo su oratoria brillante en ocasiones y denunciando ciertas estulticias cuando era preciso. Tras el último batacazo electoral, vendrán otros, todo ha cambiado: los blogs pro-rajoy brillan por sus deserciones, los más brillantes escuderos de la anterior legislatura son apartados groseramente de sus cargos y aquellos barones con acreditados resultados son sustituidos por jóvenes edecanes sin más experiencia que la que da la fotocopiadora de Génova y los cafes del Tony Romans.
Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, María San Gil y Esperanza Aguirre, y para culminar, de momento, la gestión más pesima de la vida interna del patido desde la refundación, Ortega Lara rompe su carnet, y el presidente de FAES, último espejismo de las glorias pasadas, se ve obligado a empezar a dar toques de atención.
Me sorprende ver el cariz que están tomando las cosas. La ineptitud de Rajoy y su tropa para gestionar con éxito cualquier contencioso es nula. Mariano es un pasivo para el PP, un cadáver andante y con lastre que se empeña en aferrarse a su tercera oportunidad intentando la comparación con González y Aznar cuando no ve más solución para despegar que abrillantar el trasero de los nacionalistas a base de lenguetazos via ponencia política.
En su viaje hacia la descomposición de la miseria, que alguien, algún dia, deberá recomponer, se ha rodeado de un heterogéneo equipo entre los que destancan las últimas incorporaciones de Manuel Fraga, aplicador del centrismo made in Francisco Franco, Gallardón el humilde, Soria el amigo del nacionalismo, Soyaya, la hija de, y otros próceres cuya máxima virtud es apalancar la poltrona marianera más allá de las elecciones europeas.
Mientras tanto Rodrigo Rato, Gustavo de Aristegui, Aznar y tantos otros ven como el nefasto Marianin, aquel avezado estudiante de registro, machaca todo lo que costó tanto montar.
3 comentarios:
Como sabes, querido Imperator, siempre he sido muy de Mariano desde lo del Prestige, que fue el único que quedó de guardia poniendo la cara para que se la partieran o se la llenaran de "hilillosh de plashtilina"... pero esta deriva...
Lo único bueno que tiene es que faltan 4 años para las próximas generales y que es el momento del "totum revolutum", espero que todo esto quede amortizado tanto si sale San Antón o la Purísima Concepción. Vaya, no quería yo hacer paralelismos entre que el resultado sea con barba o una señora, pero en fin.
La GRANDÍSIMA pega es que si no sale Rajoy tendría que ser alguien que actualmente sea diputado, pq ser jefe de la oposición desde la tribuna de invitados es un experimento que ya se hizo con Hernández Mancha y mira lo que salió.
Estoy contigo en citar como nombre a tener en cuenta a alguien tan sólido como Arístegui, le vengo siguiendo con atención desde hace años y es un tipo que me fascina por su coherencia, su preparación, su discurso... ignoro si el "aparatchik" gavioto le apoyaría como una gran esperanza blanca, pero si la solución a la actual crisis (o desaceleración, que aprece que es el término apropiado estos días para referirse a estas cosas) del PP pasa por sacarse un misterioso as de la manga como supuso en su día Zapatero para el PSOE, mi propuesta sería sin dudarlo alguien como Gustavo de Arístegui.
A Cospedal, por otra parte, no la conozco tanto y solo por referencias que no sé si serán interesadas o simples desconocedoras. Ahora mismo creo que (si no me equivoco) tampoco es diputada en el Congreso así que estamos en las mismas.
Desde luego lo que sí que sé es que Rajoy ninguneó a Rato cuando este dejó el FMI y quizá hubiese sido una baza arrimar ese ascua a la sardina, como lo habría sido meter a Espe de nº 2 por Madrid y Gallardón de nº 3. Quizá no hubiese ganado tampoco las Generales, pero de cara al futuro DEL PARTIDO sí habría sido interesantísimo tenerlos dentro del barco y contar con el apoyo de Rato.
Sobre las últimas bajas, tanto efectivas (Ortega Lara) como previsibles (San Gil)... estoy entristecido, profundamente entristecido.
Que dos personas con esa integridad y esa capacidad de sacrificio, con esa entereza y esa valentía se estén apartando del núcleo del PP en estos delicados momentos me apena, pq sé que para ellos no habrá sido una decisión nada sencilla, que les duele hacer lo que están haciendo, y ello me lleva a imaginar que todo lo que ignoramos sobre la trastienda de estos acontecimientos debe ser auténticamente espeluznante.
Rajoy, rojo y traidor!!
Cuando las víctimas del terrorismo huyen de nosotros, cuando traicionamos nuestros principios, cuando se nos da la espalda, ¿no será que algo hemos hecho?
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