"Juan, o te presentas o te callas. ¡Arriba España!"

Algo así le han debido decir las mentes pensantes de Génova al diputado Juan Costa, el penúltimo discolo que arremete contra el mesias Mariano en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular. Y es que a los ya conocidos tics de los rajoy-boys ahora se une el de la chulería, encontrando su máxima expresión en el sms que el presidente de los populares canarios le dedicase a María San Gil.

Algo menos de un mes es lo que nos separa del espectáculo dantesco en que va camino de convertirse el concláve popular, con unos peleados con todos, ZP tan campante y Manuel Fraga (en la imagen recibiendo pleitesía de su pupilo Hernández-Mancha) llamando bellaco y cosas de esas que él aprendió en su etapa de ministro centrista de Su Excelencia a cualquiera que ose llevarle la contraria.

El último capitulo de la metástasis marianera tuvo lugar ayer, con la extraña convocatoria del Comité Nacional para que apoyase al lider de masas, un millón menos, pero masa al fin y al cabo que diría Celso, bajo la estúpida excusa de aprobar no se qué detalles del congreso. Que para eso están los comités organizadores, pensamos algunos, claro que no todos hemos tenido el dudoso alto honor de organizar en tierras extrañas un congreso nacional.

Se dice, se comenta que Costa, el chico de Rodrigo Rato que hace un año repescó Mariano con tanto tino, estuvo fino, pero fino de verdad. Acusando al carismático lider de todos los males actuales de la formación, parece que algunos mostraron sus criticas, en forma de preocupación partidaria que queda más leal, y otros más aguantaron la poltrona, para mantener más fija la propia.

No sé lo que decidirá Juan Costa, que tampoco es que sea santo de mi devoción, pero desde luego demostraría una valentia y honestidad que, a aquellos que critican sin dar un paso al frente debería de ruborizar tanto como a los soyayos, y por si unos u otros me están leyendo me despido como haría el señor ponente, ¡Arriba España!