La milonga en Nuevas Generaciones del PP

Según me comentan por varios lugares, oportunamente contrastados, ayer se reunió, finalmente y de forma un tanto irregular, la Junta Directiva Nacional extraordinaria y urgente de Nuevas Generaciones en la sede madrileña de la Calle Génova; según figuraba en el orden del dia, el asunto a tratar era la modificación del logo de la organización juvenil, pero pese al calado del tema y de lo calentitos que están los ánimos, parecer ser que de los trescientos miembros que forman el organo colegiado, apenas aparecieron una cincuentena.

La mesa principal aparecía ocupada por la Presidenta Nacional ataviada con una bonita terna blanca realmente favorecedora, flanqueada por el inefable y simpatiquísimo Secretario General en funciones Quique, el Presidente del COC (que no abrió la boca), un representante del partido y dos técnicos "muy cualificados" encargados de mostrar la propuesta del nuevo logo.

Los especialistas en marketing, parece ser que ofrecieron a los asistentes una visión profesional de la necesidad de dar un cambio a la imagen corporativa de la organización y mostraron finalmente su propuesta de logo en el que con variaciones con respecto a la configuración actual, se mantenian las letras de "nuevas generaciones", ante el suspiro de alivio de los presentes.

Pero la reunión no era tan inocente, las ponencias fueron entregadas en ese instante a los representantes territoriales, recordar que el cónclave empieza el dia 22 y parece que aún no habían llegado, o enviado aqui me dan dos versiones, a los compromisarios, y por lo tanto no se habían, en su caso, enmendado los textos iniciales. La ponencia de estatutos, llamada Jóvenes Populares (sic), es la que regula la organización interna y contiene la denominación social. Avidamente los miembros de la Junta buscaban en su interior el cambio de denominación para bramar contra el cambio impuesto, pero no encontraron lo que esperaban, el texto incluía la actual denominación de NN.GG. por todos lados, la batalla parecía ganada antes de llegar el dia de desembarcar en la capital de la España visigoda.

Una asistente preguntó abiertamente por el cambio de denominación, a lo que el secretario general en un hábil pero cobarde pase de pecho paso la patata caliente al técnico del logo el cual acabo por reconocer que efectivamente, era una idea que se había propuesto; los comentarios se sucedieron en le mismo sentido hasta que la trampa fue descubierta: la ponencia de estatutos añade, en efecto el nombre de Nuevas Generaciones, pero ello no es óbice para que "alguien" pueda presentar enmienda para el cambio de denominación, ante lo cual, parece ser que el ponente la admitiría, soslayando de esta manera el trámite de debate en comisión, e incorporando el nuevo nombre al texto elevado al plenario.

A todo esto, el candidato funecino, allí presente, me dicen que ni abrió la boca, y según una voz concreta y autorizada se desparramó en una silla y ni se molestó en saludar a quienes supuestamente tiene que pedir el voto. Y es que, en efecto, las reglas de la política, pero por encima de eso las reglas de la caballerosidad y la educación parecían obligar al aspirante a deshacerse en saludos y conversaciones de pasillo con aquellos a los que les va a pedir su confianza, en fin, cada cual es responsable de sus actos, por cierto, Alfonso García Vicente estuvo más solicitado que él.

Volviendo al tema principal, los detractores del cambio de nombre aseguran que los dominios de internet ya están adquiridos, pero se reafirman en que son más y que numericamente darán la batalla allí donde haga falta, pero para eso habrá que esperar al congreso, sino se convocan más gabinetes de crisis antes de tiempo.