El que fuese buque insignia de la corrupción socialista durante el felipismo, Alfonso Guerra, también conocido por el culebras como nombre de guerra, amenaza con volver a ocupar su escaño en la Carrera de San Jerónimo tras las elecciones generales del año próximo según informaron a Europa Press fuentes del PSOE.
El veterano político sevillano de 67 años, todavía presidente de la Comisión Constitucional del Congreso y famoso no sólo por frases que pasarán a los anales del debate parlamanterio como aquella de hay que arrancarle el felpudo maldito (refiriéndose al bigote de José María Aznar) sino por los escándalos y corruptelas de su hermano Juan, no quiere soltar la teta, aconstumbrado desde hace ya treinta años a vivir a la sombra no sólo del puño y la rosa sino de los Presupuestos Generales del Estado.
El aspecto algo más reposado que le han proporcionado sus canas y el abandono definitivo de la pana en beneficio de los trajes de firma no debe servir de camuflaje al que sin duda es uno de los peores bichos que engrosan el socialismo español.
Prueba inequívoca de que los españoles somos de memoria a corto es que el culebras, después de los escándalos que protagonizase aquella triada formada por los hermanos guerra en los últimos años de Felipe, que más que los guerra parecian los dalton, se siente todavía en el Congreso de los Diputados, y aparezca sin ningún rubor cuando Zapatero organiza sus baños de masas con los mineros.
Guerra es un bufón, su presencia en un mitin asegura las risas y aplausos de los más cerriles del auditorio socialista, eso en los momentos que vivimos nunca está de más y para tal menester el intrepido compañero de fatigas de isidoro borda a la perfección un papel que lleva actuando desde el advenimiento de la Democracia.
El veterano político sevillano de 67 años, todavía presidente de la Comisión Constitucional del Congreso y famoso no sólo por frases que pasarán a los anales del debate parlamanterio como aquella de hay que arrancarle el felpudo maldito (refiriéndose al bigote de José María Aznar) sino por los escándalos y corruptelas de su hermano Juan, no quiere soltar la teta, aconstumbrado desde hace ya treinta años a vivir a la sombra no sólo del puño y la rosa sino de los Presupuestos Generales del Estado.
El aspecto algo más reposado que le han proporcionado sus canas y el abandono definitivo de la pana en beneficio de los trajes de firma no debe servir de camuflaje al que sin duda es uno de los peores bichos que engrosan el socialismo español.
Prueba inequívoca de que los españoles somos de memoria a corto es que el culebras, después de los escándalos que protagonizase aquella triada formada por los hermanos guerra en los últimos años de Felipe, que más que los guerra parecian los dalton, se siente todavía en el Congreso de los Diputados, y aparezca sin ningún rubor cuando Zapatero organiza sus baños de masas con los mineros.
Guerra es un bufón, su presencia en un mitin asegura las risas y aplausos de los más cerriles del auditorio socialista, eso en los momentos que vivimos nunca está de más y para tal menester el intrepido compañero de fatigas de isidoro borda a la perfección un papel que lleva actuando desde el advenimiento de la Democracia.
3 comentarios:
En otro país este tío no estaría en el Parlamento, pero los españoles somos así...
Desde luego...Este personaje; no sé si de novela de terror o de comic de Mortadelo, ha sido el sargento del PSOE largo tiempo, aunque parece que ya tiene sucesor.
¡Tachachan! José Blanco alias "Pepiño"
Lo peor de todo es que los españoles no aprendemos y seguimos; o mejor dicho, siguen botando al PSOE y alabando como lluvia de verano a la Monarquía.
P.D.: Te he agregado a mis favoritos (visita mi blog). Un saludo
Uno de los personajes más siniestros de nuestra reciente democracia, vergonzoso.
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