Los resultados se han impuesto a los anhelos y sentimientos de sus fundadores. El Partido Demócrata Español (PADE), ese conglomerado de vetustos señores conservadores made in Alianza Popular, se va a disolver, así lo ha decidido su Junta Nacional, o lo que viene a ser lo mismo su máximo precursor y buque insignia, el abogado del Estado murciano, Juan Ramón Calero.
Y es que el PADE respondía a varias cosas y a un momento histórico determinado, pero está claro que hoy en dia no tiene razón de ser, no ya tanto por la ideología que preconiza, más conservadora que liberal aunque no siempre bien explicada, sino porque todo lo que hoy huela a derecha, más o menos cabal, está en el Partido Popular, aunque aquí se empeñen en usar el término cuasi-ofensivo del centrismo y se haya mostrado la puerta a aquellos blasfemos del marianismo militante.
Nunca me ha hecho producido excesiva simpatia el PADE, aunque si es verdad que tuve en mis manos el documento de su acta fundacional con aquella lapidaria, y certera, frase de que lo que se descentraliza es el Estado y no la Nación, tal vez demasiado elevado para el aborregamiento generalizado el separar dos conceptos que más de una vez se enmarañan para crear confusión.
Y digo que no me apasionaba esta formación porque, aún reconociendo la capacidad intelectual y de oratoria de su lider y la bondad de ciertos planteamientos, siempre lo identifiqué con cierto ánimo de desquite si, un sentimiento creciente contra el Partido Popular que después de encumbrar al señor Calero a la portavocía en las Cortes Generales con notable acierto, auspició su salida de la presidencia regional del partido, otorgada a un novel Ramón Luis Valcárcel y todo lo que sucedió con posterioridad.
El PADE ha tenido mucha dificultad para encontrar su espacio político, del mismo modo que para encontrar gente joven con que nutrir sus cuadros, y ese excesivo tufillo a propiedad intelectual de su creador, que si bien podría ser justo, no siempre fue aceptado ni por propios ni por extraños.
La escisión del PP, orquestada por el padre de cierto juez sustituto de creciente relevancia en el ámbito regional, toca a retirada y se hará el harakiri el 10 de mayo, mientras sus miembros se debaten entre el regreso a la formación que preside Rajoy, con la travesía en el desierto oportuna, o su definitiva y forzada retirada de la política activa.
Y es que el PADE respondía a varias cosas y a un momento histórico determinado, pero está claro que hoy en dia no tiene razón de ser, no ya tanto por la ideología que preconiza, más conservadora que liberal aunque no siempre bien explicada, sino porque todo lo que hoy huela a derecha, más o menos cabal, está en el Partido Popular, aunque aquí se empeñen en usar el término cuasi-ofensivo del centrismo y se haya mostrado la puerta a aquellos blasfemos del marianismo militante.
Nunca me ha hecho producido excesiva simpatia el PADE, aunque si es verdad que tuve en mis manos el documento de su acta fundacional con aquella lapidaria, y certera, frase de que lo que se descentraliza es el Estado y no la Nación, tal vez demasiado elevado para el aborregamiento generalizado el separar dos conceptos que más de una vez se enmarañan para crear confusión.
Y digo que no me apasionaba esta formación porque, aún reconociendo la capacidad intelectual y de oratoria de su lider y la bondad de ciertos planteamientos, siempre lo identifiqué con cierto ánimo de desquite si, un sentimiento creciente contra el Partido Popular que después de encumbrar al señor Calero a la portavocía en las Cortes Generales con notable acierto, auspició su salida de la presidencia regional del partido, otorgada a un novel Ramón Luis Valcárcel y todo lo que sucedió con posterioridad.
El PADE ha tenido mucha dificultad para encontrar su espacio político, del mismo modo que para encontrar gente joven con que nutrir sus cuadros, y ese excesivo tufillo a propiedad intelectual de su creador, que si bien podría ser justo, no siempre fue aceptado ni por propios ni por extraños.
La escisión del PP, orquestada por el padre de cierto juez sustituto de creciente relevancia en el ámbito regional, toca a retirada y se hará el harakiri el 10 de mayo, mientras sus miembros se debaten entre el regreso a la formación que preside Rajoy, con la travesía en el desierto oportuna, o su definitiva y forzada retirada de la política activa.
3 comentarios:
El PADE desaparece, porque quizás nunca fue más que un capricho de una persona despechada por su derrota en un Congreso, pese a que lograron algunas concejalías, en esta España bipartidista, los experimentos no funcionan, y aquí a la derecha se le tiene miedo, hasta el punto de que ni se le nombra en algunos partidos
"lo que se descentraliza es el Estado y no la Nación"
Sabias palabras... lástima de no poder ser aplicadas.
El PADE o el Partido Liberal de Segurado o cualquier otra apuesta por la "especialización" tuvieron sentido en aquellos primeros años de la Democracia, cuando había que ajustar la maquinaria. Por desgracia o por suerte la derecha ha encontrado su camino en el PP y al final tienes que votar a la contra ("para que no gane ZP") igual que otros muchos echan mano del voto útil y condenan al ostracismo a Llamazares y compañía.
Supongo que las nuevas "aventuras" sólo tienen sentido en ámbitos estrictamente delimitados, como Ciutadans o Rosa Díez, pero curiosamente (y así cierro el círculo) son respuestas al erroe en la descentralización del Estado.
desde luego Asi está Murcia, el PADE siempre fue, para bien o para mal, una sombra de su creador, cuyos motivos todos conocemos.
Estoy de acuerdo, Antonio, el bipartidismo es lo que está de moda, y no digo yo que, viendo las imperfecciones del sistema sea lo más malo.
Gracias a ambos, a y Antonio por su incansable habitualidad en este weblog que dicen los "moennos" se escribe asi???
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