07 agosto 2006

La División Azul: aproximación histórica y desapasionada a una gesta de nuestro tiempo

Hace no demasiado he leido un libro que me ha gustado bastante, su titulo "La División Azul. Sangre española en Rusia 1941-1945" de Moreno Juliá, fuera de cualquier motivación ideológica o política, creo que la historia de los voluntarios españoles de la Segunda Guerra Mundial, tanto los que lucharon junto a los ejércitos del Eje, como los que combatieron junto a los aliados, es una de las grandes gestas desconocidas de nuestro tiempo, los españoles, siempre tan apasionados, y con un cierto carácter quijotesco, tuvieron un papel importante en la contienda mundial, que a mi juicio no es demasiado conocido ni valorado. Los escritores, con cierto apasionamiento y partidismo siempre han pretendido atraer al lector a la orilla que les era más atractiva, no ya de la contienda mundial, sino por la omnipresente y maliciosa intención de asemejar los bandos combatientes en la guerra mundial con aquellos que se batieron en nuestra Guerra Civil, una visión simplista y errónea según mi opinión. Como consecuencia de lo anterior, hemos padecido una generación de libros sobre esta temática tosca, partidista e infumable que parece, merced a las ultimas publicaciones, que está tocando a su fin, espero que así sea.
Como comentario de este libro, el cual me permito recomendar, adjunto una glosa del escritor Pio Moa que me parece bastante acertada:

"Se trata de un libro bueno, en algunos aspectos excelente, si bien no en todos, eso no sería humano. Empezaré por los menos excelentes. Tratándose de una unidad militar, esta faceta debiera haber sido tocada de modo prioritario, articulando el conjunto, pero se echa de menos un análisis más pormenorizado de la situación afrontada por la División Azul, de la relación de fuerzas en los distintos momentos, etcétera. En cambio, encontramos una atención excesiva, con detalles a menudo irrelevantes o no bien aclarados, a las cuestiones burocráticas y a otras
secundarias.
También chocan en el enfoque observaciones que sólo cabe calificar de pintorescas, como frases lastimeras sobre los muertos (se trataba de una expedición militar, no turística) o sobre el número de bajas (un 50% entre muertos, heridos, congelados, enfermos, desertores y prisioneros, subraya el autor, con lo que no resultó tan malparada, pues, vistas así las cosas, los alemanes, los franceses, los japoneses y otros tuvieron casi un 100%). Considerada una fuerza de primera línea en un frente durísimo y frente a un enemigo por lo general superior en número y material, habría sido más ilustrativo contrastar el número de muertos, por ejemplo, no con los millones de bajas del frente ruso, como hace el autor, sino con el de otras divisiones similares. Y no menos instructivo resultaría un estudio comparativo con las Brigadas Internacionales, con las que guarda bastantes semejanzas la División Azul: cuerpos básicamente de voluntarios en país extranjero, con un tiempo de combate parecido y con un número similar de hombres (45.000 pasaron por la DA, y unos 35.000, oficialmente, por las BBII). Según los cálculos de Castells, que parecen por ahora los más cuidados, habrían muerto 10.000 brigadistas, es decir, el doble que los divisionarios, proporción increíble, y sorprendente por cuanto la permanencia de los divisionarios en el frente parece haber sido más constante que la de los brigadistas, y el frente ruso, desde luego, mucho más duro. Pero la cifra de muertos brigadistas debe incluir a bastantes españoles alistados también en dichas brigadas, y debe tenerse en cuenta asimismo el elevado número de ellos hechos fusilar por sus propios jefes, sin parangón posible con la DA. Sugiero a algún historiador joven e interesado ese estudio comparativo, no necesariamente largo,entre ambas unidades. El mayor interés del libro reside, a mi juicio, en la exposición del trasfondo político y de las rivalidades entre la Falange y el Ejército, en las que éste llevó casi siempre las de ganar, demostrándose una vez más que, contra la imagen propagandística, el componente digamos fascista en el régimen de Franco siempre resultó menor y subordinado. La posición de Serrano Suñer queda asimismo examinada con neutralidad.
También trasciende, aunque no de modo explícito, el realismo y la extraordinaria habilidad de Franco, servido por unos excelentes diplomáticos, para evitar entrar en la guerra pese a las presiones, a veces brutales, de los alemanes y los anglosajones (ambos estuvieron muy cerca de invadir España, cada cual en su momento). Interesantes también las alusiones a las actividades del servicio secreto británico para provocar descrédito y descontento popular haciala división. Y así bastantes otros puntos tratados con objetividad bastante alejada, como indiqué al principio, de la habitual farfolla que quiere pasar por historiografía en muchas universidades. El análisis del autor sobre el peso de la DA en la política interior y exterior franquista es igualmente valioso, aunque quizá valdría la pena examinar el valor indirecto de la división como posible factor disuasorio ante una invasión aliada: una lección de la Guerra Mundial fue que un fuerte espíritu de resistencia, incluso con fuerzas mal pertrechadas, pod ía convertir a un país en un infierno para el invasor, como ocurrió a los alemanes en Yugoslavia. Nada indicaba que, pese a las penurias que atravesaba España, una invasión del país fuera a resolverse en un paseo militar, y la experiencia de los voluntarios en Rusia podría indicar algo a quienes planearan tal cosa. También podría algún historiador serio extenderse sobre estas cuestiones. Pues aunque, como observa Moreno, la División Azul constituía, por sus dimensiones, sólo una parte mínima de los ejércitos desplegados en el terrible frente ruso, tuvo un comportamiento militar más que notable, brillante. En reconocimiento a su acción colectiva, su primer general, Muñoz Grandes, recibió la Cruz de Hierro con hojas de roble, condecoración que al parecer sólo fue concedida a otro general no alemán. Tanto Hitler como Model consideraron a la DA una de las unidades mejores de la Wehrmacht, apreciación significativa no sólo por las pretensiones de superioridad de los "arios", sino porque los especialistas suelen considerar al ejército alemán de la II Guerra Mundial como uno de los mejores de la historia, si no el mejor. Los soviéticos, lógicamente, no estaban tan felices. Declararon a Muñoz Grandes y a algunos combatientes españoles "criminales de guerra". Pero, por todo lo que sabemos, la conducta de los divisionarios con la población civil rusa fue buena, lo que provocó algunos encontronazos con los alemanes. Hace unos años algunos veteranos recorrieron en plan de turismo los lugares de sus combates juveniles, y los viejos del lugar los acogieron con gran afecto. Hubo un cierto grado de coacción en los últimos alistamientos, y se apuntaron a la DA algunos izquierdistas con la intención de pasarse a los rusos. La suerte no les sonrió excesivamente, pues quienes lograron su prop ósito fueron igualmente internados en campos de trabajo, en las penosísimas condiciones normales en tales lugares. El total de prisioneros no parece haber pasado del medio millar, un número sorprendentemente bajo para el de soldados comprometidos, y teniendo en cuenta que al final llevaron la peor parte, como todo el ejército alemán. La mayoría de ellos volvieron a España en el famoso barco Semíramis, en 1954. Aunque con algunas perogrulladas y tics progres, muy difíciles de evitar en el pesado ambiente universitario actual, puede decirse que el libro de Moreno constituye una aportación de verdadero valor a la historiografía sobre nuestro pasado reciente, todavía muy lastrada por el peso de una propaganda tan persistente y eficaz como falsa"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La División Azul fue un ejemplo de valentía y coraje, su afán por defender la cultura occidental fue algo ejemplar y digno de todo respeto, con independencia de que se compartan sus ideas o no.

Imperator dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Otro libro también muy bueno, incluso mejor que éste es "Embajador en el infierno" de D. Torcuato Luca de Tena de 1955; obtuvo los premios nacional de literatura y "ejército" de ese mismo año, y hay una pelicula, en b/n, basada en la historia del libro, trata las memorias del Capitán de Infanteria Teodoro Palacios que estuvo preso en Rusia más de once años.
Ésta es una de esas historias a las que me refiero en el comentario inicial, tan dramática y heroica como desconocida.

Es un libro digno de leer, y más de una vez, yo pude adquirir un ejemplar de bolsillo hace unos años, de la Editorial Planeta, pero he preguntado varias veces para hacer unos regalos y me han dicho que está descatalogado.

Draco dijo...

El libro que citas está agotado, pero creo haberlo visto disponible en algunas librerias de venta por Internet (consulta en Google).

Tengo en mi Blog una cita sobre el Capitan Palacios (al que conocí muy bien) y te aseguro que era un heroe.

La pelicula la tengo disponible a través de e-Mule.

Hago un enlace a tu artículo en una cita que tengo,recientemente, sobre la Blau.

Un saludo.